El viaje que Ramón Menéndez Pidal hizo a Ribadesella junto a su mujer, María Goyri, en el verano de 1930, contribuyó a dignificar, publicitar e impulsar la tradición oral narrativa asturiana haciendo que danzas como el Corri Corri sean respetadas hoy en día, estando a punto de recibir la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC). La folclorista y filóloga Yolanda Cerra destacó ayer en el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) el trabajo del filólogo, historiador, folclorista y medievalista español, Menéndez Pidal, en las tres primeras décadas del siglo XX.

Como apasionada del folclore del Principado, Cerra presentará próximamente en la Universidad de Santiago de Compostela una tesis doctoral sobre las bandas folclóricas de Llanes. La especialista fue la elegida para cerrar ayer el ciclo de conferencias sobre Menéndez Pidal con una charla centrada en los romances y las danzas.

En aquel viaje, el matrimonio de filólogos (María Goyri era escritora, investigadora, filóloga y profesora) tomó como centro de operaciones una casa en Ribadesella desde la que desplazarse por el entorno para estudiar de cerca los romanceros y las manifestaciones artísticas tradicionales. "La Danza Prima, el Pericote y el Corri Corri son tesoros asturianos", dijo Cerra, que explicó el proceso de dignificación que esas y otras manifestaciones orales experimentaron en los primeros años del XX, antes de la Guerra Civil, "al pasar del campo a la escena", gracias a la investigación y al trabajo de profesionales y expertos. Así, filólogos, escritores o periodistas potenciaron la singularidad de las danzas, llegando incluso a incluirlas como elementos de otros espectáculos.