El debate de los siete principales candidatos a la Alcaldía de Oviedo celebrado ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA generó otro debate paralelo entre el público, especialmente cuando los políticos explicaron sus propuestas festivas y sus planes para los chiringuitos de San Mateo. El número dos en la lista del PP, Mario Arias, y el secretario general de la AMSO, Iván Piñuela, se enzarzaron dialécticamente sin moverse de su sitio, de pie, en un extremo de la sala. El popular le echó en cara al socialista que el PSOE "ingresa 30.000 euros al año por los chiringuitos mateínos". A lo que Piñuela replicó, "Mario, no, por ahí vamos a acabar mal".

En la mesa presidencial hubo mucha menos improvisación. El candidato del PP, Alfredo Canteli, optó por ir sobre seguro al llevar escritas las respuestas a las nueve preguntas planteadas por el periódico. Leyó con firmeza sus planes para el Naranco, el casco antiguo, la Ronda Norte, el Real Oviedo o la remunicipalización de los servicios del Ayuntamiento y cumplió con bastante precisión el tiempo establecido por turno. Un minuto. A Cristina Coto, candidata por Vox, le costó más cumplir con los 60 segundos y tiró de largo recibiendo casi constantemente el aviso de Chus Neira, periodista de LA NUEVA ESPAÑA, que ejerció de moderador. La candidata de la formación verde también se apoyó en los apuntes, aunque de vez en cuando prescindió de las hojas. En la otra cara de la moneda, el alcalde y candidato socialista, Wenceslao López, y el de Ciudadanos, Nacho Cuesta, contestaron sobre la marcha.

En un punto medio, la candidata de Somos, Ana Taboada; el de Foro, Fernando Tejada, y la de IU, Concha Masa, combinaron lectura con improvisación, y esta última hizo un sobreesfuezo para superar la afonía que le afecta desde hace días. De hecho, tomó caramelos contra la ronquera minutos antes de llegar a la sede del periódico en la calle Calvo Sotelo. No habló con nadie para conservar el mayor chorro de voz posible y repasó en silencio sus anotaciones en un despacho.

La llegada de los candidatos a LA NUEVA ESPAÑA se produjo casi a la vez, en torno a las 19.40 horas. Fue un encuentro correcto y frío. Sobre todo entre las formaciones de la derecha y la izquierda. En una misma sala de apenas diez metros cuadrados, Canteli cerraba filas con su mujer, Marta Suárez, Mario Arias y José Ramón Prado, mientras Wenceslao charlaba con los suyos. Por ejemplo, con la concejala y número dos de su lista, Ana Rivas. Unos y otros se mantuvieron distanciados dándose la espalda a la espera de entrar en el Club Prensa Asturiana. Veinte minutos antes del comienzo del debate, la sala ya estaba llena. Representantes del mundo cultural, empresarial y hostelero se mezclaron con los acólitos políticos de los candidatos y con ciudadanos anónimos deseosos de asistir al primer encuentro público y simultáneo de los siete. Entre ellos había funcionarios municipales, que no querían perder detalle de las intervenciones. "Venimos a ver con quién lidiaremos a partir del 26 de mayo en el trabajo", dijo un trabajador del Ayuntamiento a las puertas del salón. El presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, Carlos Paniceres, también asistió al acto, al igual que el presidente de Otea, José Luis Álvarez Almeida; el arquitecto Alfonso Toribio, portavoces de asociaciones vecinales, como el de la de San Claudio, Luis Miguel Fernández, e incluso el presidente de la Asociación de Chinos en Asturias, Fengchao Chen.