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El templo de San Melchor

La iglesia de los dominicos, levantada hace 500 años, conserva varias alusiones a la batalla de Lepanto

Capilla de la Virgen del Rosario MIKI LÓPEZ

La iglesia parroquial de Santo Domingo, situada frente al parque del Campillín en su parte baja, es todo un tesoro digno de visitar tanto por su valor histórico como artístico. Fue fundada en el año 1518. En 1944 fue declarada Monumento Nacional.

Construida por Juan de Cerecedo "el Viejo", tiene en su estilo arquitectónico una mezcla de estilos en los que el barroco, plateresco, gótico y neoclásico se mezclan en armonía.

Ahora, vamos a los datos curiosos. A la izquierda de la nave del templo se encuentra la capilla de Nuestra Señora del Rosario, en la que rezaba el que sería futuro San Melchor de Quirós. Así lo reflejó en uno de sus escritos, en el que decía que venía a rezar a la Virgen del Rosario del convento de los Dominicos, cuando estaba estudiando en Oviedo, alojado en una casa de la calle Oscura. Ya tenía muy claro que quería ser misionero.

Posiblemente es la única capilla de Asturias dedicada a la Virgen con camarín en su parte trasera, ahora convertido en columbario. Fue construida en el año hacia 1722, con cubierta dotada de cúpula de media esfera y retablo barroco. El retablo, que es del siglo XVIII y del que es autor el maestro ovetense Ignacio Abarca Valdés, distribuye en dieciséis escenas los Misterios del Rosario.

Pero la obra más importante es el retablo mayor, que fue realizado a principios de la segunda mitad del siglo XVIII por Bernardo de la Meana. En él está lo más singular y que no se repite en ningún templo ovetense: alusiones a la batalla de Lepanto en las cuatro grandes columnas cubiertas por guirnaldas y trofeos, que cubre una hornacina con las figuras de Santo Domingo y San Francisco en fraternal abrazo.

Una imagen típica de las coreografías dominicana y franciscana, que están presentes en todas sus iglesias. Las dos ordenes nacen a la vez en Roma. Y es que la celebración posterior a la victoria naval en el golfo de Lepanto encabezada por el Imperio español instauró la fiesta anual al rezo del Rosario. Por eso se colocó en la parte alta del retablo una imagen de la Virgen del Rosario flanqueada por dos ángeles. Para completar la imagen, cuatro medallones con misterios del rosario cuelgan en la calles laterales.

Volviendo al templo, la nave tiene cinco tramos, cubiertos con bóvedas de crucería estrellada, iluminados con dobles ventanas. El pórtico de estilo neoclásico, tras el que está la iglesia, es obra de Manuel Reguera.

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