La antigua Fábrica de Armas de La Vega se convirtió ayer con motivo de la Noche Blanca en un homenaje al mundo audiovisual. Los visitantes pudieron disfrutar de tres actividades con la tecnología 3D y táctil como grandes reclamos para un público entre el que se coló el propio Alcalde de Oviedo, el popular Alfredo Canteli, quien destacó el gran éxito de participación de la gran mayoría de las 62 actividades culturales programadas en la ciudad.

Canteli visitó La Vega en compañía del nuevo Delegado de Defensa en el Principado de Asturias, Juan Luis González Martín, así como varios miembros del equipo de gobierno y aprovechó para anunciar su intención de seguir potenciando la Noche Blanca. "He visto colas en varios sitios y eso anima a mejorar en los próximos años", dijo, subrayando la amplia oferta para "públicos de todas las edades" y la posibilidad que brinda la iniciativa para descubrir la antigua factoría del Ministerio de Defensa. "Ahora que se habla tanto de la Vega, esto es importante para que la gente pueda venir a verla y conocerla mejor".

Los representantes municipales, los militares y sus acompañantes, disfrutaron de lo lindo con el vídeo en tres dimensiones de seis minutos reproducidos en la nave M1 del complejo fabril. "Es maravilloso", dijo la esposa de Canteli, Marta Suárez, quien se sumó a una proyección que llevó al concejal de Cultura, el edil de Ciudadanos José Luis Costillas, a felicitar efusivamente a los organizadores. "Está muy bien hecho", puntualizó sobre el contenido del vídeo, seguido con gafas 3D y auriculares.

En el claustro, los visitantes quedaron fascinados con la gran pantalla de tres por ocho metros de tecnología led. En la misma, se representaba una carta de ajuste cuyas seis barras de distintos colores se accionaban al ser tocadas por el público. De manera progresiva iban apareciendo informaciones en vivo de seis periódicos nacionales. "Se busca crear un mensaje común al accionarlos todos", explicaban los organizadores.

El tercer escenario de La Vega, en otra de las naves del complejo, consistió en varias reproducciones audiovisuales que se iniciaron a las siete y media de la tarde. "Me encanta la mezcla entre la modernidad tecnológica y el deterioro de la fábrica", explicó la vallisoletana Mariví Fernández, una de los cientos de visitantes a la fábrica.