Fue a comprar el pan y cuando se quiso dar cuenta estaba atrapado en la tienda. Avelino, un vecino de 88 años de la calle Antonio Maura, en Vallobín, vivió ayer con total tranquilidad una curiosa situación a las dos de la tarde. El hombre se encontraba en un establecimiento de comestibles de la calle Valentín Masip cuando, de repente, vio cómo la persiana bajaba, quedando dentro del local totalmente solo.

"Vi que salieron dos personas, pero no pensé que estuvieran cerrando", explicó el anciano, quien calificó lo sucedido como "una anécdota". Varias personas que pasaban por delante del establecimiento se percataron de lo sucedido y se acercaron a la cristalera para charlar con el hombre. El afectado continuó cogiendo alimentos y metiéndolos en una bolsa a la espera de que alguien le abriera.

Hora y media después el encargado se personó en el lugar visiblemente preocupado, lamentado el perjuicio realizado al cliente atrapado. "Te juro que no te vi", insistía una y otra vez antes de dejar marchar a la "víctima" con la compra sin cobrarle ni un euro.