Si alguien conoció de verdad a Jaime Martínez esa fue su esposa, Susan Schmickrath, a su lado desde hace 51 años. Susan, estadounidense, estudiaba español en la Complutense. Llegó a España en julio y en septiembre conoció a aquel joven médico que un día, molesto por la negativa a quedar para salir, le aseguró que no la llamaría más. Susan lo contó ayer con una admirable entereza y con la satisfacción de haber compartido su vida con un hombre al que definió como "entrañable y muy despistado". Volvieron a encontrarse un día por casualidad en una librería de Serrano. Jaime iba con un amigo al que le dijo: "Mira, esta es la americana de la que te hablé". Y ese mismo día volvió a decirle que no pensaba llamarla, pero nada más lejos de la realidad. Susan se hizo asturiana y Jaime Martínez un poco americano. Un día intentó conducir el enorme coche de su suegro y acabó estrellándolo contra el de un vecino. Schmickrath resumió ayer su vida con Jaime Martínez con una pasión que levantó al público de sus asientos.