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"Tuvimos que aguantar muchas groserías; a las chicas las llamaban machorras y cosas peores"

Hace casi cuatro décadas no era fácil conseguir que una niña jugase al fútbol y tampoco el respeto de los hombres hacia las deportistas. "Tuvimos que aguantar muchas groserías. A las chicas las llamaban machorras y cosas peores. Había hombres que decían que sólo iban a verlas jugar para mirarles las piernas, algo que hoy en día es impensable", explica Ana Lacalle. "Algunos árbitros no querían pitar un partido de chicas. Había mucho machismo y en cierta manera algo sigue habiendo", añade Luis Alberto Álvarez.

La primera presidenta del club asegura que reclutar futbolistas para el equipo se convertía en ocasiones en una tarea muy difícil. "A veces iba yo a casa de alguna porque su padre no la dejaba jugar, decían que era un deporte para hombres", explica Lacalle. "A las que no las dejaban les lavaba yo la ropa en mi casa para que no se enterasen los padres", añade.

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