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Reculta y Lugones, próximos objetivos

La cuatreada vio hace un cuarto de siglo como nacía una estrella que ya se veía venir desde años atrás. El naveto Javier Pruneda tocó el cielo en 1994 tras alzarse con su primer campeonato de España de la modalidad. Aquella cita histórica tuvo lugar en la emblemática bolera gijonesa del Puentín y el derrotado en aquella ocasión fue Bernardo Menéndez, con el que desde entonces el actual jugador de Villa de la Sidra-Titi inició una rivalidad que, 25 años después, sigue todavía vigente.

Pruneda tenía 18 años -ahora tiene 44- cuando en pleno mes de junio superó a las grandes figuras del momento. Por aquel entonces, los roscadores se disputaban el título nacional a través de varias fases de tiradas de cuarenta bolas -20 para cada lado-. El de Nava se ganó el pasaporte para la final al sumar tras su última tirada en la bolera gijonesa 1.526 bolos frente a los 1.439 de Bernardo, jugador siete años mayor que él.

Joaquín Martínez, Enrique Martínez "Maradona", Angelín González, Sabino Martínez, José Antonio Merchán, José Alberto Menéndez "Chiruca", Isidro Álvarez y Desiderio Díaz completaron el cuadro de honor de aquella temporada, protagonizando una fase final de diez roscadores que evidenciaron el gran nivel del momento.

La final se resolvió en un cara a cara memorable. Pruneda y Bernardo brindaron una final igualadísima en la que el joven de 18 años decantó la final de su lado tras poner 56 bolos para el pulgar con empate a 13 juegos en el marcador.

Aquel triunfo fue solo el prólogo de una carrera arrolladora. Desde aquel 11 de julio de 1994, Pruneda acumula once campeonatos de España -desde 2003 el torneo se denomina Campeonato de Primera-. De los once títulos siete los consiguió con Bernardo como rival. El actual jugador de Villa de Noreña, por su parte, suma nueve triunfos en el mismo campeonato desde el año 1991, cuando estrenó su palmarés en el prestigioso torneo tras vencer a "Maradona".

La victoria en el campeonato de España sirvió de aperitivo para el título de campeón del Mundo cosechado un año más tarde en la bolera de La Morgal. En estas citas en las que participaban jugadores de centros asturianos de México, Argentina, Bélgica o Chile, entre otros países, cosechó otros dos subcampeonatos en 1996 y 1999, siendo únicamente derrotado por Bernardo, su archienemigo en el castro, pero muy amigo en las gradas. Ambos son los dos jugadores más laureados de la historia y amenazan con seguir agrandando su leyenda.

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