Pablo Martín y Pablo García se encontraban patrullando por Oviedo cuando les llegó un aviso urgente desde comisaría: les dijeron que una chica "de unos veinte años" estaba colgando del tejado de un edificio de ocho pisos con la intención de arrojarse al vacío. Los agentes de la Policía Nacional no se lo pensaron dos veces. Encendieron la sirena, pisaron el acelerador y en menos de tres minutos estaban frente al portal del número 14 de la calle Amsterdam -cerca de Los Prados- para ayudar a la joven y salvarle la vida. Pero en esta historia hay otro héroe. Se trata de un vecino que salió al tejado desde su casa, caminó hasta la de su vecina jugándose el pellejo y logró acceder a la vivienda para sujetarla desde dentro durante más de diez minutos, hasta que llegó la policía. Ese vecino confirmó ayer a LA NUEVA ESPAÑA su valiente actuación, aunque prefiere prefiere mantenerse en el anonimato.
Eran las siete menos cinco de la tarde cuando los agentes llegaron al lugar de los hechos. "La puerta del portal estaba abierta. Había un montón de gente en las ventanas, pero nosotros no veíamos a la chica porque el tejado en el que estaba da a una especie de plaza interior que no se ve desde la calle", explica Pablo Martín, que ya es un veterano con 18 años de experiencia en el cuerpo.
Los agentes subieron inmediatamente al octavo piso del inmueble para intentar entrar en la vivienda, pero la puerta estaba cerrada. "Casi al mismo tiempo subió el novio de la chica para abrirnos la puerta. No acertaba ni siquiera a meter la llave de lo nervioso que estaba", señala Pablo García, que está de prácticas en la comisaría ovetense y ha debutado salvando una vida. Algunos vecinos aseguran que antes del suceso la mujer había mantenido "una fuerte discusión" con su pareja, pero lo cierto es que los motivos que la llevaron hasta el tejado aún se están investigando.
Mientras los dos policías accedían a la vivienda, varios vecinos subieron al tejado con una cuerda para intentar auxiliar a la chica, pero llegar hasta ella no resultaba nada fácil: había salido al exterior por el velux de su buhardilla y estaba en el plano más inclinado del techo del edificio. "Cuando nosotros entramos había un vecino en el interior que se había subido encima de un armario para poder sacar el cuerpo por la ventana y estaba sujetando a la chica por los brazos para que no cayese", relata Pablo Martín. Ese vecino, según explicó a este diario, reside en el mismo piso y consiguió entrar en la vivienda a través de otra ventana que estaba abierta.
Pablo Martín se subió de un salto a la ventana situada sobre el techo de la buhardilla y sacó medio cuerpo fuera. "En ese momento intentamos que colaborase, pero ella nos decía que la dejásemos, que la vida no merecía la pena". La chica estaba cubierta sólo con una camiseta y en ropa interior, con lo que no había muchas opciones para agarrarla con seguridad. No obstante, como veía que la situación era cada vez más peligrosa, Pablo Martín optó por tirar de ella hacia el interior de la vivienda sujetándola con fuerza por uno de sus brazos. Mientras tanto, su compañero, Pablo García le sujetaba por los pies para que no se cayese al vacío. "La verdad es que fueron momentos de mucha tensión, pero en ese instante sólo piensas en ayudarla a ella y a tu compañero. Después, cuando pudimos ver los vídeos que se grabaron ya nos dimos cuenta del grado de peligro que hubo en todo momento", subraya el policía en periodo de prácticas. Pero consiguieron salvarla. "La sentamos en un sofá hasta que llegaron los sanitarios y la llevaron al HUCA, añade García. Al final, todo acabó en un susto. Eso sí, fue de los gordos.
