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El virus se hace notar en Piedramuelle

Secretariado Gitano reclama a Delegación del Gobierno que refuerce las ayudas socioeconómicas a las familias calés: "Hay un gueto", admiten

Una barriada de Santa Marina de Piedramuelle, ayer. MIKI LÓPEZ

La crisis sanitaria y económica generada por el coronavirus ha convertido una zona de Santa Marina de Piedramuelle en un área marginal. Parte de la población de esta parroquia ovetense de cerca de 500 habitantes estaba en el paro o recibía ayudas sociales antes de la pandemia, pero ahora el número ha aumentado por el cierre obligado de negocios, la proliferación de los ERTES y el parón de la venta ambulante. La Fundación Secretariado Gitano ha solicitado a la Delegación de Gobierno que refuerce la atención socioeconómica de prácticamente todas las familias de etnia gitana que viven allí. "La preocupación más grande que tenemos en Oviedo durante el estado de alarma es Santa Marina de Piedramuelle. Es un gueto. Suena fuerte, pero es así", comenta Víctor García Ordás, director de la Fundación Secretariado Gitano en Asturias.

En el Principado hay unas 12.000 personas de etnia gitana de las que 2.000 residen en Oviedo. Para conocer cómo les está afectando la debacle económica del estado de alarma, Secretariado Gitano ha hecho una encuesta a 132 vecinos de la capital asturiana (78 mujeres y 54 hombres). Las preguntas sirven para medir sus niveles de acceso a la alimentación, educación, vivienda o servicios sociales, entre otros bienes esenciales. Las respuestas revelan que 30 personas tienen serias dificultades para conseguir comida, lo que se traduce en un 22% del total, un porcentaje que a su vez puede trasladarse, con alguna oscilación, al conjunto de la población calé de Oviedo. Lo mismo puede hacerse con la cifra de trabajadores autónomos existentes entre la población de etnia gitana de España, que alcanza un 47%. La mayor parte se dedica a la venta ambulante, un sector parado temporalmente por el coronavirus y que no podrá reactivarse hasta, al menos, mediados de mayo. Esto ha dejado en Oviedo a centenares de personas sin ingresos. Las directrices del Gobierno central establecen que -de no haber un repunte en las cifras de contagios y muertes por coronavirus- el pequeño comercio podrá abrir a mediados de mayo siguiendo unas directrices de seguridad e higiene, e incluso de límite de aforo. Sin embargo, para los vendedores de lugares como el rastro del Fontán hay más incógnitas que certezas. Por ejemplo, no ven viable la separación de dos metros entre personas y puestos teniendo en cuenta que "el encanto" de un mercadillo al aire libre reside en el bullicio e incluso en tocar y probar parte del género en plena calle.

La encuesta de Secretariado Gitano también ha dejado al descubierto que 95 personas en situación de precariedad económica no recibían becas de comedor para sus hijos o que 93 vecinos atravesaban dificultades para pagar recibos relacionados con sus viviendas. En concreto, 25 no podían pagar la luz, 19 el agua, 31 el alquiler mensual, 18 el gas y algunos de ellos, varios recibos al mismo tiempo (23 el alquiler y la luz, 17 la luz y el agua, y 15 el alquiler, la luz, el agua y el recibo del gas). Por último, 16 personas de etnia gitana aún no han recibido el apoyo de los Servicios Sociales durante la pandemia por covid-19.

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