Los integrantes de ocho familias permanecen en la calle desde esta mañana al ser desalojados del edificio en el que viven, situado en el número 24 de la calle Padre Buenaventura paredes (Pumarín), por riesgo de derrumbe del inmueble.

Alrededor de treinta personas se vieron obligadas a abandonar sus viviendas "con lo puesto" después de que los vecinos del primero derecha dieran la voz de alarma al encontrarse con "grandes grietas" en el pasillo y en otras partes de su casa.

Los efectivos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento fueron los que ordenaron el desalojo después de comprobar que existía riesgo de colapso y que el hundimiento del suelo del primer piso había provocado daños en un bajo que está justo debajo.

Aunque el Ayuntamiento ya ha comenzado a apuntalar la estructura, los vecinos no podrán pasar la noche en sus casas.

Algunos de los afectados tienen previsto buscar acomodo en casas de familiares, pero otros siguen esperando a que los servicios sociales del Consistorio, que ya se han ofrecido a ayudar, les busquen un sitio para pasar la noche. "Lo más probables es que puedan volver mañana, cuando se hayan tomado las medidas necesarias", señalan fuentes municipales.