La agencia de viajes que tiene Cándido Fernández en la calle Valentín Masip no abrirá al público hasta el próximo día 8 de junio, un día después de la fecha prevista para la finalización del estado de alarma. Lo harán así "el noventa y nueve por ciento" de las agencias porque así lo han consensuado y porque por el momento, con las cosas como están, no tienen productos que venderles a sus clientes. "Las compañías aéreas ni siquiera saben cómo ni cuándo van a operar, no existen protocolos de ningún tipo en cuanto al turismo... Hay gente que quiere viajar en verano, pero no podemos ofrecerles nada", explica Fernández, que asegura que el sector en el que trabaja es sin duda uno de los más golpeados por la crisis. "Llevamos nueve meses trabajando gratis. Todo lo que vendimos desde el verano pasado está anulado, pero sin embargo tenemos que seguir haciendo frente a los gastos de nuestros locales y nuestras facturas. Hemos perdido la campaña de Semana Santa y la del verano está en peligro", señala el propietario de Viajes Tétiaroa. "En estos dos meses solo hemos trabajado para gestionar cancelaciones y para repatriar a clientes nuestros que se quedaron atrapados en otros lugares de España o del extranjero. Ese papel que hemos tenido las agencias no nos lo reconoce nadie", añade.
Y por eso considera que el sector necesita un apoyo por parte de las administraciones. "Exigimos medidas concretas para las pequeñas empresas y para los autónomos del sector. De nada nos sirve a nosotros que se ayude a las grandes cadenas de hoteles o a las compañías aéreas. Esta crisis es inaudita, la del 11-S o la de 2008 ni se le parecen".
