La peatonalización de las calles Mendizábal, Ramón y Cajal y Pozos ha reforzado el atractivo de la plaza de Riego y de su entorno como uno de los principales espacios de ocio hostelero de la ciudad. El primer fin de semana sin coches en el trayecto desde Argüelles a Fruela se saldó con un gran ambiente en las terrazas de la zona, muchas de ellas ampliadas para que los hosteleros puedan hacer frente mejor a la crisis del coronavirus. Según fuentes municipales, el plan para erradicar el tráfico del entorno del Campo y del Antiguo permitirá ganar 10.000 metros cuadrados de espacio para el peatón y que haya seis mil coches menos al día en las inmediaciones de la Catedral.

El plan municipal de peatonalización para facilitar la desescalada de la pandemia se extiende a partir de esta mañana con el corte al tráfico de la calle Fruela y de la parte baja del Rosal. La tercera fase, todavía sin una fecha concreta, afectará a las calles Cabo Noval, Martínez Marina y Quintana, así como a un segundo tramo de la del Rosal. Más adelante, la intención del equipo de gobierno que lidera el popular Alfredo Canteli es que estas medidas lleguen a otras zonas de la ciudad, entre las que parece que se encontrará la avenida de Galicia. Los hosteleros de la zona ya han hecho público su respaldo a una medida que consideran muy positiva para la recuperación económica tras el coronavirus.

Estas peatonalizaciones tienen carácter provisional, aunque en el caso del trazado de Argüelles a Fruela por la plaza de Riego puede darse casi por descontado que seguirá vigente una vez que decaiga el estado de alarma. El protocolo municipal autoriza la carga y descarga a primera hora de la mañana, así como el tránsito para residentes y establecimientos hoteleros.