El restaurante Latores resucitará a comienzos de 2021 tras una profunda reforma y bajo el liderazgo del cocinero y empresario Javier Loya. El grupo Deloya Gastronomía del restaurador castrillonense acaba de hacerse con la propiedad del establecimiento inaugurado por la familia Álvarez-Almeida en 1994, después de que su oferta de 610.000 euros fuese la única presentada dentro del plazo establecido por el proceso de liquidación. El negocio se sumará a otros proyectos del grupo y reabrirá tras una profunda reforma para reorientar su oferta de grandes banquetes y generar entre 25 y 30 puestos de trabajo.
El plazo para presentar ofertas fijado por el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Oviedo a través de un auto del pasado 5 de junio finalizó el lunes a las dos de la tarde. Aunque durante los últimos días fueron varios los interesados en entrar en la puja, finalmente no hubo más ofertas y será Deloya quien formalice la compra del edificio de tres plantas y la parcela de 5.000 metros cuadrados.
Fuentes cercanas a la operación apuntan que los planes del grupo Deloya pasan por acometer una fuerte inversión en el complejo, con una profunda reforma a partir del mes de septiembre. Paralelamente a los trabajos, el conglomerado hostelero iniciaría una campaña para captar los primeros banquetes de cara a 2021, sumando el emblemático restaurante ovetense a una oferta que completan otros establecimientos que se reparten entre la capital del Principado, Gijón, Pravia y Villaviciosa.
Aunque el proyecto todavía no está del todo maduro, las estimaciones de la nueva propiedad pasan por contar con una plantilla fija que podría alcanzar los 30 trabajadores, a los que habría que sumar decenas de contratos temporales de cara a la temporada alta de banquetes, que en Asturias se concentra en verano.
La cifra que ofreció Javier Loya no llega a la valoración realizada por la administración concursal del abogado José Luis Orejas. El complejo fue tasado en 1,9 millones, aunque la inversión total de Deloya Gastronomía sí que rondará dicha cantidad pues a los 610.000 euros para hacerse con el inmueble habrá que añadir un desembolso aún mayor vinculado a la profunda reforma prevista y a la puesta a punto de las instalaciones.
Entre los afectados por el cierre del negocio regentado durante 25 años por la familia Álvarez-Almeida se encuentran decenas de personas que habían depositado fianzas de cientos de euros para reservar banquetes programados a lo largo del pasado año. Los principales damnificados fueron algunas parejas que no recuperaron la fianza. Esperan que el dinero de la venta les permita hacerlo.
