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"Había ganas, en casa te distraes más", dicen los usuarios de vuelta a los centros de estudio

Cuatro instalaciones municipales reabrieron ayer sus puertas con el aforo al 50 por ciento y dos horas de cierre diarias para desinfectar

Covadonga Díaz, durante su visita a las instalaciones. RICARDO SOLÍS

Eran pocos pero motivados. Tan solo once personas acudieron ayer por la tarde al centro de estudio de Santullano, en el barrio ovetense de Teatinos. Las instalaciones reanudaron ayer su actividad a las cuatro de la tarde, después de permanecer cerradas desde principios del pasado mes de marzo.

Marcos Álvarez estudia Ingeniería Química y fue de los primeros en llegar, pasadas las cuatro. "Llevaba tiempo esperando a que abriesen", asegura. El aspirante a ingeniero químico reconoce que "en casa te distraes más". Lo mismo opinaba en otra mesa situada a unos metros David Fernández. Este ovetense está preparando unas oposiciones de Medio Ambiente y también "tenía ganas de que abriese" el centro de estudios de Santullano porque, al igual que Álvarez, asegura que "en casa es más difícil concentrarse".

El de Santullano es uno de los cuatro centros de estudio que abrieron ayer sus puertas. Las instalaciones que ya están en funcionamiento son, además del de Teatinos, el centro Vetusta, en la calle Miguel Induráin; el de La Florida y la sala de estudios del palacete de La Lila.

Vetusta y Santullano abrirán desde hoy, de lunes a viernes, de 09.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 21.00 horas. Los sábados abrirán una hora más tarde, a las diez de la mañana. El centro de estudio de La Florida abrirá en el mismo horario, pero también lo hará los domingos, de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 21.00 horas. En el caso de La Lila, la sala de estudios solo abrirá de lunes a viernes por las mañanas, en horario de 09.00 a 14.00 horas.

La concejala de Juventud, área de la que dependen estas instalaciones, Covadonga Díaz, adelantó que "según se vayan viendo la demanda y las necesidades, se pueden ir abriendo otros centros". Respecto a los horarios, la edil explicó que ese cierre de dos horas entre las dos y las cuatro de la tarde "es para desinfectar todo el centro de estudios".

Díaz visitó ayer por la mañana el centro de Santullano. Acudió unas horas antes de la apertura para supervisar que se cumplían todas las medidas de seguridad exigidas por la Consejería de Sanidad del Principado de Asturias para evitar la propagación del coronavirus. Lo más destacable de estas medidas es que en todos los centros se ha reducido el aforo en un 50 por ciento. Así, en La Florida solo se pueden utilizar 89 puestos de los 178 de los que dispone el centro. En Santullano han quedado 50 mesas, en Vetusta el número se ha reducido hasta 50 espacios y en la sala de La Lila, la de menores dimensiones, tan solo están disponibles 20 de los 40 puestos de estudio. Las mesas que han quedado inutilizadas se han señalizado con una cruz en color rojo. Para eliminar esos espacios se ha tenido en cuenta no solo la cercanía a otras mesas sino también los movimientos que los usuarios pueden hacer con las sillas, si las colocan un poco más alejadas de lo normal de su mesa, o la propia circulación por la sala. Nadie debería estar, si se cumplen las normas y los circuitos de paso establecidos, a menos de metro y medio de otro usuario.

En los centros en los que se puede, como en el de Santullano, se ha habilitado una puerta de entrada y otra de salida. Todo el recorrido hasta llegar a las mesas está marcado con flechas en el suelo. Además, se han instalado dispensadores de pedal de hidrogel a la entrada. Los estudiantes que lo deseen tienen también a su disposición botes de desinfectante y papel para limpiar su mesa en caso de que estén tan solo unas horas y no quieran dejar el espacio inhabilitado hasta la limpieza general. También se puede utilizar para limpiar la mesa y la silla al llegar.

El Ayuntamiento de Oviedo ha invertido algo más de 4.000 euros en acondicionar estos cuatro centros de estudio a la nueva normalidad. Esa fue la causa, según explicó la concejala, del retraso en la apertura, la necesidad de adecuarse a todas las medidas sanitarias. Algo que algunos estudiantes no comparten, ya que como se han quejado en las últimas semanas "podemos ir a bares y discotecas, pero no a los centros de estudio municipales".

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