Vecinos y sanitarios de Pumarín recordaron la figura de José Manuel Fernández, quien fuera médico del centro de salud del barrio hasta su fallecimiento en febrero del año pasado, durante un emotivo acto que tuvo lugar en las inmediaciones del centro sanitario. La familia del que también fuera conocido por su faceta de escritor y dramaturgo, así como varios pacientes agradecidos lo recordaron como "un médico ejemplar y comprometido con la cultura".

Se trataba de una deuda pendiente del barrio con el facultativo, fallecido a los 61 años de edad. La Asociación de Vecinos Fuente Pando del barrio había solicitado en su día que el centro de salud llevase el nombre del médico, pero al impedirlo la normativa de la Consejería de Salud se optó por otra alternativa. "Pusimos una placa en su recuerdo porque era una persona muy involucrada con el barrio, incluso escribió dos o tres obras de teatro que interpretamos los vecinos", indicó el presidente de la asociación, José Ramón Sariego.

"Que un corazón grande y redondo te oriente en la dulzura. Y gíralo. Que al girarlo el prodigio de los aros se repite y se derrama. Se llama amor. Es curvo y, como un niño, sencillamente crece". Es el texto de una de las obras del difunto que acompaña una placa ideada para hacer eterno en Pumarín a un médico que debido a su carisma fue elegido coordinador del centro de salud por sus propios compañeros de trabajo.

Representantes de la Consejería, decenas de vecinos y la edil socialista Ana Rivas estuvieron entre los participantes en un homenaje poco publicitado para "evitar aglomeraciones", según la organización.