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Los ensayos de la ópera, a doce días de empezar y sin permiso

El Principado no ha dado aún luz verde al trabajo previo de los cantantes y el coro a menos de un mes del inicio de la temporada

El ensayo general de la ópera "Lucia di Lammermoor", el 29 de enero. MIKI LÓPEZ

Con los billetes de avión sacados y sin fecha oficial de ensayos. Así está el equipo artístico de los dos primeros títulos que inaugurarán en septiembre la temporada de Ópera de Oviedo; el programa doble francés compuesto por "L'heure espagnole", de Maurice Ravel, y "Les mamelles de Tirésias", de Francis Poulenc. La Fundación Ópera ha fijado el inicio de los ensayos el 17 agosto, diecinueve días antes de la puesta en escena en el Campoamor, pero la fecha puede irse al traste si no recibe el visto bueno del Principado a través de la Dirección General de Salud Pública. El órgano regional liderado por Rafael Cofiño aún no se ha pronunciado pese a recibir el plan de ensayos la semana pasada.

Aunque está claro que sin ensayos no hay funciones, desde la Fundación Ópera de Oviedo confían en que Salud Pública les dé luz verde en los próximos días. "Estamos pendientes del teléfono. La mayor parte de los artistas ha reservado avión para el 16 de agosto desde los países europeos o regiones de España en los que viven, pero, por ejemplo, el director musical Max Valdés vendrá de Puerto Rico y tenía pensado adelantar el viaje oara someterse a las pruebas de coronavirus", explica el director de la Ópera, Celestino Varela.

Además, el arranque de la temporada se hará dos días antes de lo previsto, pero manteniendo el resto de funciones, pasando de cuatro a cinco. De hecho, el cambio ya se ha notificado a los abonados y se ha publicado en la página web de Ópera Oviedo, que incluso sopesa programar retransmisiones en directo de algunas obras en el Auditorio Príncipe Felipe, el Palacio de Calatrava y otras salas.

Así, el programa francés se representará el 4, 6, 8, 10 y 12 de septiembre. El objetivo es compensar la reducción de aforo que se impondrá por la pandemia y que obliga a establecer una separación de metro y medio entre cada espectador. El porcentaje o reducción final de butacas también depende de Salud Pública. La Fundación Ópera y el Ayuntamiento, propietario del teatro, han propuesto que sea del 50%. Es decir, que de los 1.440 asientos que tiene el Campoamor, sólo puedan ocuparse 576. "La idea sería que, como mucho, hubiera dos personas sentadas juntas en cada fila y a continuación dos butacas vacías. La secuencia se repetiría hasta acabar la fila. En el caso de los palcos, su capacidad se reduciría a la mitad de espectadores", explica Varela, que pone como ejemplo el plan elaborado en el teatro Real de Madrid, donde finalmente se ha permitido una ocupación del 70%. Algo similar se hará en el Auditorio Príncipe Felipe en San Mateo. Con 1.500 localidades reales, el equipo de gobierno local baraja dejar el aforo por covid-19 en torno a 800 asientos, con una rebaja del 53%. Sin embargo, ambos planes, el del Campoamor y el del Auditorio, están sin confirmar oficialmente.

Tanto los ensayos como las representaciones deberán ajustarse a un plan un ambicioso plan sanitario y de seguridad para proteger al público y los profesionales frente al covid-19 y que incluye la instalación de alfombrillas, arcos o pistolas de toma de temperatura, desinfección y limpieza profunda de las instalaciones después de cada función, pausas más largas en los espectáculos para poder ir al baño o la separación de metro y medio entre cada espectador.

"Va a ser un comienzo anómalo el de esta temporada y el de los ensayos. Tendremos una charla sobre prevención frente al covid-19 antes de comenzar y eso ya marca el trabajo a desarrollar. El coro ensayará en el escenario en lugar de en los bajos del teatro (la antigua sala Centro de Arte Moderno Ciudad de Oviedo, CAMCO). Y habrá que acostumbrase a la separación entre artistas o las mascarillas que habrá que ponerse en determinados momentos del trabajo y que deberán llevar los espectadores durante las funciones", comenta el director de Ópera Oviedo.

Los espectáculos también sufrirán cambios. Por ejemplo, el número de coristas en la primera función se reducirá a 18 (normalmente son 53), se aprovecharán los dos palcos del proscenio para instalar el arpa en uno y parte de la percusión en otro, y las orquestas se reducirán de 59 a 35 componentes en el foso. Sin embargo, es posible que de aquí a septiembre las reglas por el coronavirus vuelvan a cambiar y la temporada lírica recupere su pulso normal.

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