Un ruido atronador parecido a una bomba despertó a los vecinos del entorno de la calle Josefina Argüelles, en La Corredoria, el domingo, hacia la una y media de la mañana. Un conductor empotró su coche contra tres vehículos estacionados. Cuando la Policía Local le hizo la prueba de alcoholemia dio negativo. La patrulla estaba por la zona cuando entraron las llamadas de alerta en comisaría. La cercanía al lugar facilitó la localización del conductor, que hizo amago de huir dejando los tres coches destrozados. Siniestro total. Finalmente fue denunciado por un delito de conducción temeraria y apenas presentaba lesiones. Algunos vecinos hablaban de ventana en ventana, otros bajaron a la calle y los más afectados supervisaron la labor de la grúa que sacó de allí sus coches dañados. Todos decían lo mismo. "Esto es la gota que colma el vaso. Es el cuarto accidente en cuatro días ocurrido por exceso de velocidad. Esto no va a parar hasta que se lleven a alguien por delante y muera en la calle".

Pablo Cabañas es el secretario de la asociación de vecinos San Juan de La Corredoria. A diario recibe decenas de llamadas del barrio quejándose de los accidentes y reclamando una actuación urgente del Ayuntamiento. Los vecinos denuncian carreras ilegales y un exceso de velocidad por la noche hasta bien entrada la mañana. Por eso reclaman mayor presencia policial -una petición que ya ha sido atendida por el concejal de Seguridad Ciudadana, José Ramón Prado- y controles de alcohol y drogas en puntos estratégicos.

"Parece que por aquí hay conductores, chavales jóvenes sobre todo, a los que les gusta desafiar a la policía con los coches. Cada día que pasa va a más y la gente está muy nerviosa", cuenta Cabañas. Los vecinos tienen bastante claro el modus operandi de estos "pilotos". Según Virginia Díaz, que vive por la zona de La Malata, "bajan la velocidad en cuanto ven a lo lejos una patrulla o están a punto de cruzarse con ella y luego vuelven a las andadas. Van de chulos".

Los cuatro accidentes en cuatro días a los que se refieren los vecinos ocurrieron en distintas zonas de La Corredoria el 29 de julio, y el 6, 8 y 9 de agosto. Uno de ellos, el de finales de julio, se saldó con un herido -atropellado- grave. Un hombre de 45 años, que respondía a las iniciales F. O. Q., fue arrollado por un coche a las once y media de la mañana en la calle Molinos de Sinicio, en el entorno del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). La víctima tuvo que ser trasladada al centro hospitalario con una herida en la cabeza y un traumatismo en el costado izquierdo com pronóstico reservado.

La calle Molinos de Sinicio tiene un historial negro a pesar de tratarse de una vía recta y con aparente buena visibilidad. Una mujer de 58 años acabó con un brazo roto y varios golpes por todo el cuerpo tras ser arrollada unos días antes por un conductor que se despistó. Allí también resultó herido grave un joven de 17 años embestido por un coche en febrero de este mismo año. El accidente se registró a las ocho de la mañana. El menor fue trasladado al HUCA con un traumatismo craneoencefálico y varias contusiones. La conductora, por su parte, también tuvo que ser atendida en el hospital a consecuencia de un ataque de ansiedad.

El 6 de agosto un conductor se estrelló con su coche contra la valla de una acera de la calle Molín de la Casuca, cerca de una sidrería, tras atravesar una rotonda en línea recta. Por último, el accidente del 8 de agosto ocurrió justo en el límite con Lugones. Los hechos se produjeron a las 7.52 de la mañana cuando un hombre se salió de la carretera y se empotró contra una farola a la altura del puente del Nora, llevándosela por delante. Aunque en principio el conductor declaró que se había quedado dormido, una alcoholemia practicada in situ dio positivo. Tras el accidente, el hombre llegó a desmayarse, motivo por el que se llamó a una ambulancia y fue trasladado al HUCA, donde se le iba a practicar otra prueba para determinar la cantidad de alcohol en sangre.