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"En el centro de salud nadie coge el teléfono" claman los usuarios en Oviedo

Los barrios explotan ante la falta de atención telefónica generalizada en los centros de salud: "Que te respondan es como que te toque la lotería"

El centro de salud del Naranco. MIKI LÓPEZ

Hablar por teléfono con el médico, que es como ahora pasan consulta, se está convirtiendo en una cuestión de azar en Oviedo. Así lo cuentan numerosos vecinos de barrios diversos mientras crecen las quejas acerca del funcionamiento de la atención primaria desde el inicio de la crisis del coronavirus. Muchos ovetenses dicen estar hartos de la atención telefónica. Califican de misión imposible ser atendidos en determinados días de la semana y reclaman al Principado un refuerzo urgente de las plantillas para al menos atender el teléfono y, en última instancia, que vuelva la atención presencial. A las quejas se sumó el PP regional, cuya diputada Beatriz Polledo denunció que en el centro de salud de La Ería los médicos pierden consultas por tener que dedicarse a tomar la temperatura a los pacientes que acceden al equipamiento sanitario.

"Que te cojan el teléfono en el centro de salud de Ciudad Naranco es casi tan difícil como que te toque la lotería". Así de tajante se muestra María José Redondo, usuaria de un ambulatorio que da servicio a uno de los barrios más poblados de la ciudad. "Si antes de la pandemia ya resultaba muy difícil ponerte en contacto con el personal que atiende a las llamadas, ahora ya es prácticamente imposible", añade Marisa Álvarez, la presidenta del colectivo vecinal Ciudad Naranco Existe. "Ahora mismo, con el sistema que está impuesto, lo que tienen que hacer es incorporar más personal administrativo y también el número de líneas. Puedes tirarte toda la mañana llamando y no para de comunicar", insiste la presidenta de la asociación vecinal.

Los usuarios entienden que los profesionales llegan hasta donde llegan con la situación que se está viviendo, pero a veces los tiempos de espera son demasiado largos. "En ocasiones llamas por teléfono un lunes para que te atienda tu médico y te dicen que te va a llamar tres o cuatro días después. Normalmente no son cosas urgentes, pero si no hay diagnosis tampoco se puede saber si en realidad lo es o no. Eso sí, si los síntomas son de covid se te atiende volando", dice Álvarez.

Lo mismo ocurre en el barrio de La Corredoria. "La gente está muy quemada, los hay que dicen que han llamado hasta 70 veces y no les cogen el teléfono", señala el miembro de la Asociación de Vecinos de San Juan Pablo Cabañas, quien ve en la pandemia la puntilla para un servicio saturado desde hace ya años. "Si antes ya estábamos cortos de personal, ahora ya es un desastre", añade.

La situación se complica en las zonas con una población más envejecida. "En nuestro barrio las visitas domiciliarias de los profesionales se multiplicaron por tres", explica el presidente de la asociación vecinal de Teatinos "Paulino Vicente", Santiago Camporro, para explicar el gran déficit de personal existente en un centro de salud también confiado en gran medida a la atención telefónica. "Si son cuestiones muy urgentes atienden rápido, pero si no, es difícil que te den cita", puntualiza.

Los afectados por el atasco de la atención primaria piden una explicación por lo que consideran una merma considerable de los servicios públicos. "No entiendo por qué los centros de salud están cerrados cuando los bares están abiertos", señala la vecina de Otero Cuqui Ormazábal ante las crecientes quejas de pacientes que se consideran ninguneados por la Administración por padecer cualquier patología que no sea el covid-19.

Postura casi idéntica a la manifestada por los residentes de Colloto. "Hay a quien la atienden en el día y a quienes no les cogen el teléfono llamando un montón de veces y es triste que al final dependas de la suerte", se lamenta la vicepresidenta de la Asociación de Vecinos "Santolaya" de Colloto, Lourdes P. Mencía, quien sospecha que todos los problemas vienen derivados de la escasez de recursos económicos y humanos destinados a la atención primaria para dedicarlos a contener la pandemia.

En el otro extremo se sitúan los vecinos de Vallobín, donde el presidente de la asociación vecinal, Javier Fernández, dice que son ajenos a los problemas demandados en otros barrios. "Los teléfonos los cogen bien, no tenemos queja", indicó el representante vecinal.

Las crecientes quejas están llegando al debate político. Sin ir más lejos, la diputada regional Beatriz Polledo denunció ayer que los médicos del centro de salud de La Ería tienen que dedicar menos tiempo a sus consultas por la necesidad de ponerse a la puerta del centro de salud a tomar la temperatura a los pacientes. "Es una vergüenza que los médicos tengan que dejar de pasar consulta, cuando además están desbordados y hay listas de espera censura Polledo, que advierte que "estamos malgastando recursos".

La diputada achaca esta situación a las políticas sanitarias del Ejecutivo regional. "La gestión del Gobierno de Barbón en la Atención Primaria es un caos", apunta. A su juicio, la "falta de profesionales" sanitarios en la Atención Primaria, donde "las plantillas no están bien dimensionadas" son la causa de una problemática que está acabando con la paciencia de los llamados pacientes.

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