El contrato para la construcción de los nuevos blindados para el ejército español entre el Ministerio de Defensa y una sociedad participada por Santa Bárbara recoge el compromiso expreso de dar prioridad a la industria nacional, incluyendo a los proveedores. La propietaria de la Fábrica de Armas de Trubia tiene en la región unas 180 firmas suministradoras de materiales o servicios, que, en consecuencia, también podrían verse favorecidas por un programa dotado con 2.100 millones de euros y que garantiza carga de trabajo en la planta trubieca para la próxima década.
Numerosas auxiliares asturianas de Santa Bárbara han hecho inversiones durante los últimos años para adaptarse a las necesidades de la planta de Trubia, que se ha convertido en fundamental para su pervivencia.
La Fábrica de Armas de Trubia se va a encargar de construir las barcazas del primer pedido de blindados "Dragón" ya comprometidos con Defensa. Según los cálculos de Santa Bárbara, este encargo permitirá la creación de unos 350 empleos en la planta, según se vayan poniendo en marcha los procesos de fabricación. Sin embargo, el impacto positivo de este contrato en la economía regional va a ser considerablemente mayor, dado el alto número de proveedores que la filial de General Dynamics tiene en el Principado.
Además, la previsión de Santa Bárbara y sus socios en este proyecto (Sapa, Indra y Escribano) es comercializar el "Dragón" en los mercados exteriores, con lo que la carga de trabajo podría ir bastante más allá del horizonte de 2030. Y ello con independencia de que el Ministerio de Defensa se decida a contratar más remesas del 8x8, algo que tenía inicialmente previsto.
