SACO ha apostado este año por la música, por darle una vuelta a su programación cinematográfica y ponerse creativos. La forma de hacerlo ha sido contar con algunos de los mejores músicos asturianos para crear bandas sonoras que acompañen en directo a las proyecciones.

Hoy mismo en el auditorio Príncipe Felipe (19.00 horas) se podrá escuchar a "Forma Antiqva", la orquesta barroca de los hermanos Zapico, poniendo música al clásico "La pasión de Juana de Arco". La película de Dreyer, de 1928, no tiene una partitura definida como banda sonora sino que, como explica Aarón Zapico, "se hicieron varios experimentos que van desde la música de órgano a la música popular, pasando por distintas mixturas". Ahora "Forma Antiqva" tiene una propuesta nueva. El proceso, explica Aarón, comenzó entresacando "las escenas que fuesen susceptibles de tener música y asociar a cada una de ellas un carácter, una música que puede ser intensa, dramática, lenta o rápida".

Una vez hecho esto, una vez decidido dónde podía encajar su música, a Aarón Zapico se le planteó la disyuntiva de decidir si se remontaba al siglo XV, el marco temporal en el que se desarrolla la acción, o avanzaba un par de siglos, hasta el XVII, para dotarlo de un contexto histórico enmarcado en la Guerra de los 100 días. Optó por llevarla a su terreno "a la imaginería barroca" que transmite la cinta" de Dreyer.

En este caso no se trata de una música original, aunque sí de una nueva banda sonora. Lo que sonará hoy en el Auditorio no es obra de Aarón Zapico, pero sí que sonará como ha querido el director de "Forma Antiqva". Zapico se remontó a la Guerra de los 100 días y buscó compositores de los dos bandos, franceses e ingleses. Cortó, pegó y ensambló esas partituras para que encajasen con en lo que para él sugieren las imágenes.

Otro ejemplo de esta apuesta musical de SACO es la propuesta de Jacobo de Miguel para la película "Nosferatu". El resultado se verá en el Auditorio el jueves a las 20.00 horas. De Miguel ha puesto música al "Nosferatu" de Murnau, el símbolo del expresionismo alemán de 1922. El pianista ovetense pensó que la mejor manera de acompañar al vampiro y a su angelical víctima era hacerlo con voz de mujer. Para ello sumó al proyecto a Puri Penín, Sandra Lusquiños, Verónica Rodríguez y Marta Martínez. Todas ellas ponen su voz pero también la música. Durante la proyección serán cantantes e instrumentistas, al igual que el propio De Miguel.

El compositor se enfrentó a la cinta de Murnau sin ningún tipo de prejuicios y teniendo claro que "no iba a hacer la clásica banda sonora que acompaña a una película muda". Todos los intereses musicales de Jacobo de Miguel, las músicas populares, el jazz, la improvisación, el pop o la clásica, están representados en "Pasiones conectadas", que así se llama la obra compuesta por el pianista por encargo de SACO. El autor se basó en la premisa de que "el personaje malo (el vampiro) no es tan malo y está íntimamente conectado con el personaje que encarna el bien". Jacobo de Miguel ve en la obra de Murnau "pasiones conectadas en las que quitando la etiqueta de si esas pasiones son buenas o malas poco importa si estamos hablando del vampiro o de esa mujer ángel porque todos está conectados por un 'fatum' común".