La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cien años ganando bazas

Mercedes González, la abuela de Las Regueras, celebra su centenario entre partidas de cartas y rodeada de los suyos

En el centro, la centenaria Mercedes González, junto a sus hijos: por la izquierda, Carlos, Maribel, Rosalina y Manolo Álvarez, ayer, en la vivienda familiar de La Mata. | LNE

Rodeada de los suyos, agasajada por tanto regalo y satisfecha de haber recorrido con salud de hierro un largo recorrido marcado por la dedicación al campo y a la familia. Así celebró ayer Mercedes González, “la abuela de Las Regueras”, un centenario en el que su gran sonrisa denotaba un sentimiento de deber cumplido. “No pensaba durar tanto”, confesó rodeada de un inmenso ramo de flores y una tarta conmemorativa encargada para la ocasión.

Nacida en Lazana, en 1920, la mujer más longeva del concejo reguerano se casó siendo todavía muy joven en Santullano y se trasladó a vivir a La Rasa, localidad de origen de su marido, Manuel Álvarez “Manín”, quien falleció en 1992 y del que le quedó como herencia su mote. “Todo el mundo la conoce como Mercedes La Rasa”, señaló ayer Josefina González, nuera de la homenajeada.

Visita municipal

La propia alcaldesa de Las Regueras, Maribel Méndez, se desplazó al domicilio familiar de La Rasa para rendir tributo y entregar un obsequio a una Mercedes que estuvo arropada por sus cuatro hijos y solo la pandemia evitó que en los fastos estuvieran presentes también gran parte de sus once nietos y nueve biznietos. Junto a la máxima representante municipal asistió también la concejala de Servicios Sociales, María Asunción Arias, quienes no perdieron la oportunidad de inmortalizar un momento inolvidable.

A pesar de sus cien años, la mujer de más edad del municipio sigue jugando a las cartas –“al tute y a la brisca”, puntualiza– y nunca perdona su programa favorito de televisión. “Le encanta el rosco de ‘Pasapalabra’”, explican los familiares sobre el día a día de una mujer dedicada toda su vida a la labranza y las tareas del hogar, que hoy disfruta a su manera de su merecido descanso. “Lo único que lamento es que me cuesta caminar”, explica esta mujer de salud envidiable, orgullosa de mantener unidos a todos sus hijos en un momento tan especial.

Compartir el artículo

stats