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El colmo de la abogacía consistorial

La Administración local, obligada a contratar a un externo para defenderse del pleito de uno de sus propios letrados

La fachada del Ayuntamiento de Oviedo. JULIÁN RUS

Podría ser un chiste de abogados, pero son hechos ciertos. El Ayuntamiento de Oviedo ha acabado teniendo que contratar a un abogado de fuera para que le represente en un pleito que contra uno de sus procedimientos ha planteado uno de los propios letrados consistoriales. El colmo, y la gracia, aumentan si uno descubre que el asunto recurrido es, precisamente, el procedimiento para cubrir el puesto de director de asesoría jurídica, vacante durante el anterior mandato desde que fue cesada la anterior directora y que el nuevo equipo de gobierno se ha propuesto cubrir.

Por ahora se ha encontrado el enemigo en casa. Aunque la convocatoria se ha realizado conforme a los criterios que establece la ley (pues a diferencia de las otras direcciones generales esta es obligatoria cubrirla) y siguiendo los parámetros de las anteriores convocatorias, uno de los abogados municipales ha planteado un contencioso donde exige que los criterios para el acceso al puesto sean más restrictivos, estén más motivados y se valoren determinadas cuestiones. Porque tal y como está formulado ahora el proceso a la plaza pueden concurrir quienes sean licenciados o graduados en Derecho y funcionarios.

El abogado municipal demandante pidió, además, unas medidas cautelarísimas para paralizar el proceso, que el juez denegó, convirtiéndolas en unas medidas cautelares con el plazo de tres días para contestarlas. Ahí fue cuando empezaron los problemas. El jefe de abogacía consistorial presentó causa de abstención, tanto por la circunstancia de compartir con el demandante asesoramiento profesional a terceras personas en su condición de abogados (colegas en el ejercicio de su profesión más allá del Ayuntamiento) como por su amistad. Al pasar al segundo en la lista, los responsables municipales se encontraron con que ningún abogado municipal iba a representar al Ayuntamiento en este caso. Todos amenazaban con plantear abstención, sea, como en el caso del jefe de los letrados, por la amistad con el demandante, compartir café con él y estar al tanto de los detalles del caso, como, en sentido contrario, por ser candidatos a ocupar el puesto, una posición éticamente reprobable para defender que se siguiera con el concurso.

Un abogado de Avilés, contratado in extremis, acabó defendiendo al Ayuntamiento en estas medidas cautelares que han sido desestimadas. El concurso para nombrar director jurídico sigue pero también la demanda, que llegara cuando proceda y puede que con el puesto ya ocupado.

Los datos

  • Dirección de la asesoría jurídica. La Junta de Gobierno convocó en octubre este puesto. Un abogado consistorial planteó un contencioso por falta de motivación de la convocatoria.
  • Todos se dan mus. Para representar al Ayuntamiento en este pleito y resolver unas medidas cautelares que urgían, ni los compañeros del letrado, por amistad, ni los otros, porque optaban al puesto, quisieron el trabajo. El Ayuntamiento tuvo que contratar un abogado fuera.

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