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Débora Torreira, una balonmanista internacional para reforzar a la Policía Local de Oviedo

La laureada deportista astur-dominicana se suma incorpora hoy al cuerpo junto a otros 34 agentes: “Llego con mucha ilusión”

Débora Torreira con el polo de la Policía Local, junto al Auditorio. | LNE

Oviedo estrena hoy una agente de talla mundial. Débora Torreira nació en República Dominicana hace 29 años, pero desde los siete vive en tierras asturianas, donde ha conseguido labrarse una brillante carrera en el mundo del balonmano. En 2016 ingresó en la Policía Nacional, desempeñando desde entonces diferentes labores en Sagunto, Barcelona y Gijón, desde donde llega ahora a la capital asturiana junto a su marido, el promotor de boxeo Cristian Ansotegui, para poner los cimientos de una larga etapa de estabilidad para sus dos grandes vocaciones: el deporte y el servicio público.

“Oviedo es la élite de la Policía Local y llego con mucha ilusión”. Así de clara se muestra Torreira tras su primera toma de contacto con el cuartel del Rubín con cierta ansia por conocer cuál será su cometido en el cuerpo municipal. La agente confía en conseguir una estabilidad personal que le facilite terminar sus estudios de Criminología y seguir creciendo en una profesión con la que ya soñaba siendo una niña.

Hija de dominicana y un marinero asturiano, creció en Corvera como una asturiana más, pero en 2010 recibió una oferta irrechazable. La República Dominicana le llamaba a filas para defender sus colores en las competiciones oficiales y no tuvo más remedio que aceptar. “Fue una gran oportunidad y me vi obligada a renunciar a competir con España para no perderla”, confiesa sobre una decisión acertada a la vista de los resultados. La participación en el Campeonato del Mundo de Serbia, y los recientes triunfos en el torneo Centroamericano y Panamericano son solo algún ejemplo de los éxitos cosechados en distintos rincones del mundo.

La hispano-dominicana vive junto a su marido en el barrio gijonés de La Calzada, pero a partir de ahora se sentirá como una ovetense más. “Tengo muchas ganas de ayudar y encima lo haré con la tranquilidad de contar con un destino fijo por muchos años”, comenta la joven, que ayer se enfundó por primera vez el polo del cuerpo municipal con el que hoy será presentada por el Alcalde, el popular Alfredo Canteli, junto con los otros 34 nuevos agentes del Ayuntamiento de Oviedo.

El refuerzo de Torreira y sus nuevos compañeros es muy ansiado por el Consistorio ovetense, pues posibilitará la puesta en marcha de nuevos servicios como la policía de barrio que la concejalía de Seguridad Ciudadana, dirigida por José Ramón Prado, tiene previsto poner en marcha próximamente en el Antiguo. “De momento estamos a la espera de conocer nuestro cometido”, indica la nueva policía astur-dominicana.

Buenas perspectivas

Tras meses en los que tuvo que adaptarse para vivir el deporte de manera diferente por culpa del confinamiento y la paralización de las competiciones, Débora Torreira vuelve a disfrutar en la pista junto a sus compañeras del Liberbank Gijón con las que aspira a cuajar una gran temporada en la máxima competición del balonmano femenino español. “De momento, estamos en la parte alta de la tabla y confiamos en hacer una buena campaña”, comenta la flamante policía local ovetense.

Compaginar estudios, trabajo y entrenamientos, el gran reto

Débora Torreira inicia su andadura en la Policía Local de Oviedo con el gran reto de compaginar el trabajo con los estudios y los duros entrenamientos de una deportista de alto nivel. La balonmanista entrena tres horas al día –dos con el equipo y una a nivel individual– y aspira a aprovechar su nueva estabilidad laboral para poder terminar los estudios de Criminología al mismo tiempo que se asienta como servidora pública en la capital asturiana. Casada desde hace tres años, su pareja da por hecho que podrá con todas las metas que se ponga por delante. “Es buenísima en todo”, comenta su marido, Cristian Ansotegui, destacando sus buenas maneras para otros deportes como el boxeo. “Bueno, simplemente me defiendo”, confiesa la joven policía local en un alarde de modestia de una joven desbordada por la alegría de ver su futuro allanado. “Del balonmano me jubilaré, pero ya tengo otros horizontes vitales”, celebra.

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