Asturias llora la pérdida de uno de sus oncólogos más conocidos y prestigiosos. José Manuel Gracia Marco, falleció ayer en Oviedo a los 71 años de edad víctima de un cáncer de pulmón. Natural de Zaragoza, se trasladó a mediados de los años 70 a la capital asturiana, atraído por el prestigio del Hospital General y se convirtió en el segundo titulado de España en Oncología por el entonces recién creado programa MIR.

Gracia estudió Medicina en la capital maña y tras continuar durante un par de años su formación en Bilbao llegó a Oviedo, donde se incorporó al servicio oncológico pionero puesto en marcha por los doctores Antonio Brugarolas y el que fuera jefe del servicio durante 35 años, Ángel Jiménez Lacave. “Era trabajador, espontáneo y muy práctico”, explica Jiménez Lacave sobre el que fuera su compañero.

El facultativo aragonés se afincó en Oviedo a partir del año 1976, pero durante 18 años fue jefe del servicio de Oncología del hospital gijonés de Cabueñes en una etapa que se prolongó desde 1992 hasta 2010. Antes de ir a Gijón tuvo una estancia de dos años en un hospital público de San Sebastián y, posteriormente a la etapa de Cabueñes volvió al hospital de la capital del Principado, donde se jubiló a los 65 años a causa de una enfermedad cardiaca. En el último tramo de su vida se dedicó a luchar contra el cáncer de pulmón que en la madrugada del lunes terminaría por ganarle la batalla.

Pionero

El actual jefe de Oncología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), Emilio Esteban tuvo en José Manuel Gracia hasta el fatal desenlace a un paciente y gran amigo. “Fue uno de los pioneros en España y Europa en la Oncología médica. En mi caso lo tengo como un maestro y un compañero entrañable”, indica Esteban rememorando su etapa de residente en la que profesionales como José Manuel Gracia, José María Buesa, Ignacio Jiménez Lacave, Miguel Valle, Enrique Estrada y Roberto Fernández formaban “un gran equipo de profesionales que creó escuelas”.

Esteban trató la enfermedad de quien fue uno de sus referentes profesionales. De él destacaba ayer emocionado, sus grandes cualidades humanas. “Era muy amigo de sus amigos como buen aragonés y te dabas cuenta cuando cogías el punto a su carácter”, explica el facultativo sobre la faceta más personal de su colega y mentor.

A pesar de llevar jubilado seis años, Gracia seguía en contacto con sus colegas, y muchos le seguían teniendo en gran estima por el legado dejado tras casi cuatro décadas de trayectoria profesional. “La oncología de este país y del mundo entero tiene mucho que agradecer a su dedicación clínica y científica, posibilitadora de muchos avances en la Oncología Médica”, destaca Esteban.

Curiosamente, Gracia fue el segundo MIR de Oncología en Oviedo. El entonces novedoso programa, todavía en plena vigencia, se creó en 1976 y el primer interno de Oncología fue José María Buesa, también aragonés y que falleció en 2007, al igual que Gracia, víctima de un cáncer. Ambos siguieron los pasos de Brugarolas y Lacave para consolidar un servicio actualmente indispensable en todas las regiones de España. “Fuimos los primeros, pero pronto se fue instaurando por todos los hospitales del país”, indica Lacave con orgullo, haciendo hincapié en que la estructura hospitalaria española tuvo su inicio en Asturias.

El vacío que deja el prematuro fallecimiento de ambos profesionales es muy grande, pero sus colegas de profesión coinciden en que su gran legado clínico e investigador les mantendrá vivos en la memoria médica asturiana.

Despedida

El que fuera jefe de Oncología de Cabueñes deja esposa, Carmen Rodríguez González; tres hijos, Jesús, Javier y Cristina, además de hijos políticos y nietos. Debido a la situación sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus la familia no recibe, pero hoy está prevista una celebración de la palabra a las cuatro y cuarto de la tarde en la capilla del tanatorio de Los Arenales.