El helicóptero de salvamento marítimo abandonó ayer la búsqueda del cuerpo de Santiago García Valcárcel en el mar de Gijón a causa del viento, pero su cuerpo apareció poco después en un acantilado. Terminaba así una agustiosa búsqueda que ya hacía temer lo peor al encontrar su vehículo en la zona.

El vecino de Trubia, de cuarenta años, habría abandonado su vehículo en La Campa Torres (Gijón), en los aledaños del castro de Noega. Dentro del coche, los agentes encontraron dos cartas de despedida. En una de ellas pedía a los agentes que avisasen a su hermana y en la otra se despedía de su familia, por lo que creen que el suceso tiene que ver con una desaparición voluntaria.

Los familiares del trubieco, que denunciaron su desaparición ante la Policía Nacional en la mañana de ayer, ya se pusieron en ese momento “en lo peor” y, compungida, su tía, también vecina de Trubia, había agradecido que los vecinos se hubieran volcado en la búsqueda de su sobrino.

Según relataron sus familiares, Santiago García abandonó su domicilio en la mañana del domingo poco antes de las ocho de la mañana. El desaparecido les trasladó que se dirigía a casa de un amigo, residente en Gijón. Al pasar el tiempo y no tener noticias de su familiar, se pusieron contactaron con este, que negó haber visto al trubieco. Fue entonces cuando saltaron las alarmas y decidieron ponerse en contacto con la Policía y con este periódico para que diese difusión de la desaparición.

Los agentes dieron con el turismo del ovetense, un Dacia Sandero de color rojo en la zona de la Campa Torres, una zona cercana al mar. Las cartas encontradas cuadraban con el “estado anímico” del desaparecido y sus familiares dieron por hecho que había desaparecido de manera voluntaria. En ese momento, los efectivos de los Bomberos, la Policía Nacional y Local de Gijón movilizaron a una unidad del helicóptero de Salvamento marítimo para que tratase de buscar el cuerpo mar adentro, mientras los policías inspeccionaban las inmediaciones del litoral. A última hora, el cadáver fue localizado en un acantilado.