La historia de todos los circos acaba en incendio. Así lo asegura Emilio Cepeda, articulista de este periódico y encargado de devolver la actividad presencial al Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. Cepeda, que dice saber “de pocas cosas, pero de circo un poco”, repasó la historia ovetense del género, “padre de todos los espectáculos”. Fruto de un trabajo de búsqueda e investigación, avivado por la herencia de un tío suyo, enamorado del género y culpable de enamorarle a él cuando era niño, Emilio Cepeda se adentró en los archivos municipales, los artículos de prensa del pasado y los documentos históricos para reconstruir el paso y el pasado del circo por la capital asturiana. Un trabajo que se tradujo en una conferencia en la que estuvo acompañado de la cúpula directiva de la Sociedad Protectora de La Balesquida, Guillermo Pola y José Antonio Alonso, su presidente.

Oviedo, una historia de circo

La historia del circo, relató Cepeda nació algo lejos de Oviedo, en Inglaterra, a mediados del siglo XVIII. Y lo hizo como un espectáculo ecuestre, que tenía como escenario los picaderos abiertos. Tarda en llegar a Oviedo, donde desembarca, según el conferenciante, en el último tercio del siglo XIX. Aunque antes hubo, “sin duda”, saltimbanquis, volatineros, grotescos y otros anónimos artistas cuyas proezas callejeras nunca reflejaron las crónicas. La primera referencia que Cepeda consiguió encontrar entre los documentos oficiales data de 1832. Entonces, a cuenta del Consistorio se le pagan “60 reales por función” al equilibrista Fernando Marco, que actuaba en el teatro del Fontán. El primer circo estable de la ciudad llega unas décadas más tarde de la mano de un empresario madrileño que había sido desterrado de la capital.

Oviedo, una historia de circo

Este, Plácido Lesaca, construye por cuenta y riesgo en el año 1875 un circo de madera en la huerta del Duque del Parque, en lo que hoy es la plaza Daoíz y Velarde. Aquella estructura de madera no duró mucho, pero por allí, asegura Cepeda, pasaron figuras notables. Con el maderamen a punto de caerse y el teatro del Fontán convertido “en un local inmundo y destartalado”, tres comerciantes deciden encargar a Juan Miguel de la Guardia la construcción de un circo donde hoy se levanta la Cámara de Comercio, entre Quintana y la calle Santa Susana. Aquí, cuenta Cepeda, surge el primer agujero documental en la historia del circo: “En el archivo municipal no existen bocetos ni planos y, por no haber, no existe ni una sola fotografía del recinto”. Lo que sí que existe es una solicitud al Ayuntamiento para cercar el perímetro del circo, fechada en mayo de 1884.

El misterioso circo de Santa Susana, sobre el que se han escrito ríos de tinta, muchos erróneos y otros falsos, denuncia Cepeda. Las descripciones y recreaciones que se han hecho sucesivamente sobre el teatro no concuerdan. Pero lo que sí que se sabe es la fecha en la que desapareció, cómo no, bajo las llamas. “¡Horroroso incendio!”, titulaba el diario ovetense “El Correo de Asturias” una mañana de julio de 1893 en su tercera página. Un suceso que dio lugar a una encarnizada polémica sobre las causas del fuego.

Pese a la pérdida del que “sin duda había sido el más importante circo de los que existieron en Oviedo”, la programación circense siguió viva. Paralelamente al desarrollo del misterioso circo se instalaban en la ciudad compañías itinerantes. Algunas instalaban carpas y otras pasaban incluso por teatros como el Campoamor o el Filarmónica. Oviedo se convirtió en parada obligada para las compañías circenses nacionales e internacionales. Y la prensa se hizo eco de numerosas actuaciones de éxito, como en 1910 el “mundialmente famoso chimpancé ‘Moritz’”, que “elegantemente vestido” simulaba jugar a las cartas con su adiestrador. O en el San Mateo de 1927, cuando el circo francés Zoo-Circus, con el domador de fieras “más famoso de todos los tiempos al frente”, Alfred Court, instaló un “espectacular parque zoológico” en los terrenos del Campo de Maniobras (Llamaquique). Y así las compañías circenses siguieron viniendo a Oviedo con éxito hasta volver a apagarse paulatinamente. “El circo formará parte del patrimonio cultural de los países, aunque en ocasiones algunos se obstinen en perder la memoria”.

Miguel Presno y Noelia Ordieres analizan esta tarde la nueva ley de Eutanasia

El Club Prensa Asturiana acoge esta tarde, a las 19.00 horas, la conferencia “Hacia un nuevo horizonte de derechos: la eutanasia en España”, a cargo de Miguel Ángel Presno Linera, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Oviedo, y Noelia Ordieres, trabajadora social. El acto, organizado por Tribuna Ciudadana, también supone el regreso de la asociación a la actividad presencial en el Club, tras el paréntesis debido al cierre motivado por la pandemia. Miguel Presno y Noelia Ordieres serán presentados por Blanca Martínez Bueno, directiva de Tribuna Ciudadana. Ambos analizarán desde diferentes perspectivas la ley orgánica de Regulación y Despenalización de la Eutanasia, que entrará en vigor en junio, cuando se cumplan tres meses desde su publicación en el BOE. España es el sexto país del mundo que regula esta práctica, por detrás de Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Canadá y Colombia. La eutanasia no está penalizada en países como Suiza y Alemania. La Comisión de Garantía y Evaluación es la mayor diferencia entre la ley española y las que ya existen en Europa, que basan la decisión en el criterio del médico del paciente y de dos colegas. El aforo del Club está limitado a cincuenta personas y el acceso es libre, como es habitual, hasta completarlo. Las instalaciones disponen de un riguroso protocolo de seguridad adaptado a la normativa vigente, para evitar contagios, con entradas y salidas señalizadas, distancia social, geles hidroalcohólicos y ventilación, entre otras medidas.