Con varias salvas de fogueo al aire a cargo de un agente de la Policía Nacional vestido de paisano armado con un fusil. Así se zanjó una auténtica batalla campal formada en torno a las dos de la madrugada del domingo en las inmediaciones de la plaza del Paraguas. Alrededor de una decena de jóvenes la emprendió contra la Policía Local con una lluvia de botellazos desde la parte baja de la plaza hacia la calle Ecce Homo, donde varios agentes estaban reduciendo a un grafitero que, instantes antes, había golpeado a un agente y huido a pie tras ser pillado actuando en la fachada de la Casa Sacerdotal. Además del grafitero, de 20 años, también fue detenido otro chico de edad similar que se enfrentó a los agentes. Un subinspector de la Policía Local tuvo que ser trasladado al HUCA con una brecha en la cabeza.
Los ánimos estaban caldeados en el Antiguo. El fin de los exámenes de la EBAU, unido a la apertura hasta las tres de la madrugada del ocio nocturno y el buen tiempo llenaron las calles de jóvenes con ganas de fiesta. A algunos se les fue la mano con el alcohol. Fue el caso de un grupo de algo más de diez chavales que, en torno a la una de la madrugada, empezaron a protagonizar varios incidentes en la plaza del Paraguas. Fue después de un tiempo de jaleos cuando un hostelero decidió tomar cartas en el asunto. “Hice una barricada con sillas y mesas para que no me entraran en el bar y llamé a la Policía. Ya los conozco y llevan semanas liándola”, relató a LA NUEVA ESPAÑA.
Dos furgones y varias patrullas de la Policía Local se desplazaron hasta la zona. De camino, cazaron “in fraganti” a un veinteañero haciendo un grafiti en la fachada de la Casa Sacerdotal. Un efectivo se acercó para darle el alto y el chico respondió con un puñetazo en el pecho e iniciando una huida corriendo calle San José abajo. Sin embargo, segundos después fue reducido en la calle Ecce Homo a pesar de oponer gran resistencia.
Fue en plena detención cuando un segundo joven, de 21 años, se enfrentó a los agentes exigiendo la libertad del chico. El revuelo generado llamó la atención de los jóvenes que peleaban en la plaza del Paraguas, se asomaron a la parte baja de la plaza y desde allí comenzaron a lanzar botellas y otros objetos a los agentes de la Policía Local, que por entonces ya habían solicitado refuerzos de la Policía Nacional.
El ataque desde la altura complicó las dos detenciones hasta el punto que uno de los implicados consiguió escaparse del vehículo policial. En esos momentos se personaron en el lugar varios funcionarios de la Policía Nacional, entre ellos uno de paisano que, al ver cómo se descontrolaba la situación optó por utilizar un fusil de fogueo. “La integridad de los efectivos corría peligro y el agente optó por esa solución”, justificaron fuentes del cuerpo nacional ante el revuelo generado por unos vídeos que circulaban por redes sociales en los que se denunciaba la utilización de “escopetas” por parte de los agentes de la autoridad.
Fue el episodio más grave de una noche “muy movida”, según explicó el concejal de Seguridad Ciudadana, José Ramón Prado, tras comunicar que el agente herido recibió tres puntos de sutura y que ya estaba en casa recuperándose. Pronto tomarán medidas urgentes. “Nos reuniremos para buscar soluciones que impidan situaciones similares en el futuro”, explicó Prado al mismo tiempo que recibía información sobre el suceso.