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El toledano que alimenta a Oviedo desde su huerta

Javier Morón se recicla como agricultor en Asturias, sacrifica “cantidad por calidad” y vende él mismo la cosecha

Morón muestra los tomates de sus invernaderos del Alto de la Miranda. | F. D.

Javier Morón del Cerro nació hace cuarenta años en la localidad toledana de La Puebla de Montalbán, villa en la que también vio la luz en el siglo XVI el famoso escritor Fernando de Rojas, autor de “La Celestina”. Después de trabajar varios años en el departamento comercial de una importante multinacional tabaquera, se instaló en Asturias hace quince. Ahora cultiva todo tipo de productos de la huerta del modo más natural posible. Y lo que recoge lo vende en su tienda de Oviedo. Llegó a la región de un modo casual.

“Conocí a un matrimonio asturiano en un área de descanso de la autovía A-4, cerca de Ocaña, que me preguntó cómo podría llegar a un pueblo de la provincia de Toledo al que iban a disfrutar unos días de vacaciones. Les expliqué cómo llegar, intercambiamos nuestros números de teléfono y luego entablamos una profunda amistad. Posteriormente, vine de vacaciones a Asturias invitado por ellos y me enamoré de esta tierra. Pedí el traslado en la multinacional tabaquera y en 2014 di un giro radical a mi vida cuando me quedé sin trabajo y comencé a cultivar en Posada de Llanera un huerto para consumo propio”, afirma.

Posteriormente, Javier Morón comenzó a formarse como agricultor realizando varios cursos sobre fabes y arándanos impartidos entonces por la Consejería de Medio Rural. Y en 2015 tomó la decisión de darse de alta como autónomo y alquilar una finca de 5.000 metros cuadrados con varios invernaderos ubicada cerca del Alto de la Miranda, entre Llanera y Corvera.

En la actualidad cultiva seis invernaderos que le proporcionan 6.000 kilos de tomates, además de otros frutos como berzas, fréjoles, lechugas, repollos, coliflores, cebollas, pepinos, calabacines y pimientos. En otras dos fincas, también alquiladas, con superficies de una hectárea y de 6.000 metros cuadrados, cultiva también dos mil quinientos kilos de fabes.

Al darse cuenta de que es muy difícil vivir solo de la agricultura, instaló en 2017 en Oviedo la tienda Ye de Casa, en un local de la antigua estación de Alsa, para dar salida a los productos que cultiva. Poco a poco, fue abriendo mercado vendiendo a personas conocidas y a pequeñas tiendas de proximidad. Cultiva con cucho, sin ningún producto químico y sin alterar el proceso natural de maduración de la planta. “Sacrifico cantidad por calidad”, afirma. “Mi producto es natural, con sabor y calidad que va directamente de la huerta a la tienda”.

Este agricultor autónomo emplea a una colaboradora que se ocupa de la tienda de Oviedo, mientras que él trabaja en el campo. “De abril a agosto me paso el día trabajando ya que echo catorce horas al día. En invierno, ya le dedico menos horas, entre ocho y nueve. Estoy desconectado del mundo”. Javier riega sus plantas con agua natural que bombea del río Alvares, que nace en Llanera y desemboca en la ría de Avilés, y las abona con cucho natural. “Dios hace mucho, pero también el cucho, dicen los viejos”, afirma. El mayor elogio que ha recibido de sus clientes es cuando le dicen: “Tus tomates saben realmente a tomates”.

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