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Ariel Rot | Músico, toca el domingo en La Vega

“Está muy bien que en un sitio donde se fabricaron armas ahora se haga rock and roll”

“Tuve una familia con los pies en la tierra, aunque también me gusta disfrutar de la bohemia y de la improvisación”

Ariel Rot. | | K. HUESCA

Ariel Rot (Buenos Aires 1960) es un artista polifacético: miembro de dos bandas míticas, una carrera en solitario, programa de televisión propio y un puñado de colaboraciones con estrellas de pelaje distinto. “Lo increíble es que sigo haciendo cosas y me siguen pasando cosas”, cuenta, aún impresionado por seguir en primera línea. Sin intención de abandonar la música, porque “eso no existe”, clausurará este domingo, en La Vega (21.00 horas) el Concurso de Rock “Ciudad de Oviedo” antes del fallo del jurado.

–¿Qué tal está?

–Bien, muy bien. Una mañana formidable, esta tarde tendré ensayos con mis compañeros de banda y el domingo nos vamos a Oviedo a tocar. Se presentan unos días muy agradables.

-¿Espera buena acogida de la gente de Asturias?

–Muchísima. La última vez que estuve fue haciendo el programa “Un país para escucharlo” y tuvimos de anfitrión a Jorge “Ilegal”, así que tuvimos la oportunidad de conocer los entresijos de la región. Estuvimos en Gijón, en Oviedo y en algún sitio más. Es una tierra fabulosa, llena de gente extraordinaria.

–Va a clausurar un concurso de rock. Usted sigue, de la mano de ese género musical, en la brecha...

–Lo increíble es que sigo haciendo cosas y me siguen pasando cosas. No estoy reviviendo el pasado, estoy con proyectos presentes. ¿Qué se siente? Alegría de que siga habiendo conciertos de rock, deben de quedar muy pocos. Creo que es una manera fantástica de conocer nuevas propuestas y el público siempre es amante de la buena música. Además el sitio tiene muy buena pinta, una antigua fábrica de armas... está bien que en un sitio donde antes se fabricaron armas ahora se haga rock and roll.

–Dos grupos, trabajo en solitario, diferentes colaboraciones, ¿con qué se queda?

–Me quedo con tener la fortuna de haber vivido mucho. Después de décadas sigo activo y con ganas de seguir disfrutando de lo que hago. Tener esa posibilidad es algo bastante inusitado y a mí me tocó.

–¿Este es el camino que siempre quiso seguir?

–Yo en realidad soy guitarrista, lo de cantar empecé a hacerlo cuando se separaron “Los Rodríguez”. Aunque la música me acompañó desde niño y era una vocación súper clara. Es otra cosa que tengo que agradecer, ahora que soy padre y veo a mis hijos me doy cuenta de que la vocación es un regalo que te da la vida.

–¿En algún momento ha pensado en abandonar?

–La música no se puede abandonar, eso no existe. Si tú tienes eso dentro puede cambiar la manera de hacerlo, el tipo de recinto o si quieres hacer giras o no, pero la música te acompaña constantemente. Yo me levanto, veo las guitarras aquí y me llama a tocar. Mientras pueda no voy a abandonar.

–Algo bueno y algo malo que le haya traído la música.

–Como toda pasión, cuando se profesionaliza siempre tiene momentos complicados. Hay horarios duros, viajes largos, jets lags, encontrarte con la parte más burocrática del negocio y la inexperiencia que hace que lo pagues un poco caro. Pero por otro lado me ha dado un mundo de amigos, de gente que me ha ido acompañando durante toda la vida. Y algunos todavía, los que están vivos, están ahí. eso es lo que yo rescataría, los vínculos que se crean con la música de por medio son muy fraternales.

–¿Qué le ha atado los pies al suelo?

–Creo que eso va un poco con la configuración, el tipo de familia y las cosas que uno va absorbiendo en su infancia. Yo tuve una familia sólida, con los pies muy en la tierra. Aunque siempre en su justa medida, también me gusta disfrutar un poco de la bohemia y de la improvisación. Creo que es algo que de alguna manera heredé.

–Una época y una canción representativa en su vida.

–Hay una que no ha tenido mucho éxito pero creo que es un buen ejemplo de cómo la música actúa de radiografía de lo que le ocurre a uno en la vida. Es “debajo del puente”, mi primera canción y mi primer disco, después de la separación de “Tequila”. Yo era muy joven, tendría 23 o 24 años, y fue mi primer texto adulto. Refleja mucho el tiempo que yo estaba pasando. Muchísimo. Tal vez es la que más representa una época de mi vida de una manera muy fiel a todo lo que yo sentía. Era una época oscura.

–Desde que empezó hasta ahora, ¿en qué se ha convertido el rock and roll?

–Ha vivido tiempos mejores. El rock and roll ha reinado a sus anchas y ha sido la antena receptiva y emisora de varias generaciones, mucho más no se le puede pedir a un género. Se convirtió en un discurso y cambió muchas cosas en la mitad del siglo XX. Las drogas, el rock and roll y la libertad sexual, la gran revolución de la juventud del siglo XX. Las revoluciones raramente duran más de una generación.

–¿Y el panorama musical en general?

–Veo que están pasando muchas cosas. Es cierto que a nivel mediático solo se escucha un tipo de música, pero están habiendo muchos cambios y eso me parece bien. Ahora hay juventud que se siente representada por otro tipo de música. Veo muy interesante esa diversidad de rap, trap, latino, aunque ese último género es el que menos me llama. Además se nota la herencia del rock y el punk aunque tengan una estética completamente distinta. Probablemente era lo que escuchaban en casa de niños.

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