Un concierto de Ariel Rot es exactamente lo que uno puede esperar de un concierto de Ariel Rot. El argentino no engaña ni decepciona. Desde el primer acorde de guitarra de “El vals de los recuerdos”, clásico con el que empieza, se sabe que eso va de dos guitarras, bajo y batería, y ese sonido característico, rollingstoniano y divertido con el que dotó a sus dos grandes proyectos del pasado, las bandas “Tequila” y “Los Rodríguez”.
Su inconfundible figura, que solo ha encanecido un poco, conectó así de rápido con los cuatrocientos asistentes a la entrega de los premios de la XXIV Edición del Concurso de rock “Ciudad de Oviedo-Alejandro Blanco Espina”.
“Hace falta mucha actitud rock & roll para venir a un concierto como este un domingo por la tarde”, comentó en su primer diálogo con el público. Poco después alabó el criterio de una ciudad que sigue celebrando un evento del perfil del que estaba poniendo el broche final. “Bruma en la Castellana”, “Baile de ilusiones” y “Dos de corazones” fueron algunos de los temas con los que fue desarrollando su discurso. Guiños con los que el público no pudo estar más de acuerdo. El tipo que ha tocado un rock and roll en la plaza de todos los pueblos de España no quiso, sin embargo, recuperar ese éxito en concreto.
Lo que no se le puede negar, después de una carrera tan larga, con altos y bajos, es que lo mismo le vale tocar en una sala minúscula, en un gran estadio o en un aforo medio como el de ayer. Él se sube con su banda, a la que celebró recuperar después de un tiempo de silencio; arranca el bolo, toca sus canciones y hace que la peña se lo pase bien.
En el tramo final, para completar los sesenta minutos reglamentarios, se dedicó a disparar sus flechas más sentimentales, las que pertenecen a la etapa “Rodríguez”. Turno para “Dulce condena”, “Milonga del marinero y el capitán” y los bises “Tú me estás atrapando otra vez” y “Hace calor”, para dejar el pabellón bien alto.
Al final, una buena dosis de nostalgia de la movida. Un plan distinto de domingo por la tarde, y otra vez que abrimos la Fábrica de Armas para pasarlo bien.
