Las panoyas que cuelgan de los hórreos y paneras de Bueño se han convertido en luces. Bajo uno de los muchos que hay dispersos por el pueblo, frente a la capilla, se reparten galletas y empanadas en pequeñas bolsas de plástico individuales. La parroquia de Ribera de Arriba inaugura la Navidad con un mercadillo solidario para recaudar fondos a favor de los afectados por el volcán de La Palma.
Los vecinos, que han engalanado casas y paneras, inauguraron ayer su belén. Casi diez metros cuadrados de figuras que ocupan la mitad de su pequeño templo. “Llevamos cinco años organizándolo”, explica Belarmino Fernández, de la asociación cultural de la localidad. Cada edición se va haciendo un poco más grande. Este año destinaron una partida de 600 euros para que creciese un poco más y, gracias al trabajo de seis vecinos –Marta Lobato, Marta Puente, Miriam González, Raúl Rey, Nuria Llana y José Manuel del Valle– han conseguido darle vida. Ayer, por orden de llegada y de cuatro en cuatro para mantener las distancias, los vecinos pudieron ver las nuevas figuras móviles, la iluminación y el sonido que han incorporado al nacimiento.
No solo los adultos han colaborado. Algunos pequeños, como June Ron o Paco Lozano, ayudaron al montaje creando un huerto con plastilina. Ayer celebraban el resultado entre vasos de chocolate caliente al resguardo de la lluvia. “Quedó muy bien”, explicaba Ron, a la que no le llegaban los pies al suelo sentada en un banco.
Tras la inauguración del belén, que fue bendecido previamente por el párroco José Antonio Sánchez Cabezas con una oración, los vecinos del pueblo dieron una vuelta por las calles para admirar la decoración que unos y otros habían dispuesto en sus casas y hórreos. Además de luces que no tienen nada que envidiar a las de las ciudades, en algunos chalets se han instalado elementos artesanales para darle “otro toque” a las navidades. En el patio de una de las casas destacan unos renos hechos con troncos de madera. Esta fue, indudablemente, la casa ganadora de una competición inexistente.
El mercadillo celebrado ayer vendía pastelería o tejidos artesanales hechos por los propios vecinos. “Cada año se suma más gente”, celebraba Miram González (secretaria de la asociación cultural de Bueño), que apunta al espectacular compromiso del pueblo con la decoración y las actividades navideñas que se van haciendo fuertes en el pueblo.
Para terminar la jornada de inauguración navideña, los vecinos fueron hasta la Casa de la Cultura para asistir a un concierto del coro “Amigos de la Ribera” y ver el encendido del árbol de la asociación, un acto simbólico que marca el inicio de las fiestas.
