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Aliatar, Fernando Wes y Gil Parrondo, señas de identidad del desfile ovetense

Diseño original de Gil Parrondo de la carroza de los Reyes para la cabalgata de Oviedo.

“Lo que tenemos, lo que funciona y lo que nos diferencia es lo que hay que explotar”. Con las ideas muy claras sobre los inconvenientes que traen las ocurrencias y la seguridad que aporta trabajar lo que lleva años consolidado, la concejala de Festejos, Covadonga Díaz, anunció ayer que el Ayuntamiento de Oviedo quiere dar aún mayor proyección, a nivel regional y nacional, a la cabalgata de Reyes de Oviedo. Lo hacen por tratarse de un desfile que conserva los mismos diseños de vestuario ideados en los años cuarenta por el artista Fernando Wes, las carrozas ideadas por el escenógrafo asturiano ganador de dos “Óscar” Gil Parrondo, y por ser una de las pocas en España, si no la única, que no incluye ningún elemento de tracción mecánica ni figuras contemporáneas ajenas a la tradición de la Epifanía y la evocación de la magia oriental.

En la imagen superior, Aliatar en una recepción en LA NUEVA ESPAÑA en 2001: debajo, por la izquierda, María Alzira, Menchu Álvarez del Valle y Ana Sofía Noriega, Reinas Magas en los Reyes de 1987. | LNE

“No es una cabalgata comercial, no tiene gigantes de luz, no hay personajes de la televisión, es una cabalgata con trajes propios y con carrozas propias, es una de las únicas de España que mantiene ese espíritu de las cabalgatas primitivas, y eso es algo que hay que explotar”, resume Covadonga Díaz. La forma hacerlo, la manera de dar proyección a la cabalgata de Oviedo será, en primer lugar, llevar toda esa historia viva de la cabalgata al stand de Fitur, que se celebra del 19 al 23 de enero en Madrid.

Vista general del desfile en los años 90. | LNE

El Ayuntamiento quiere promocionar que la llegada de los Reyes a la ciudad es un desfile único, digno de atraer a visitantes de toda la región y a turistas que quieran disfrutar de una cabalgata auténtica.

Aliatar, Fernando Wes y Gil Parrondo, señas de identidad del desfile ovetense

La singularidad del desfile de Oviedo se plasma por dentro y por fuera. En las interioridades de cómo se pone en marcha la cabalgata, con la dirección artística de Luis Antonio Suárez, llama la atención todo el espacio que ocupan los preparativos, en la Escuela de Minas. Desde el día 20, casi tres semanas antes, se empiezan a organizar los 700 trajes, la mitad modelos propios y la otra mitad de la prestigiosa sastrería madrileña Cornejo. La colaboración con ellos se inició hace ya treinta años. Ellos dicen que los diseños de los vestidos de Oviedo son únicos en las cabalgatas de todo el país, y lo saben bien porque a lo largo de estos años han sido los encargados de copiar algunos de estos trajes, debido al deterioro de los originales.

Todos esos ropajes salieron de los diseños del artistas avilesino Fernando Wes. Algunos trajes se conservan todavía en su versión original y precisamente se podrán ver en Fitur algunos de estos modelos únicos, como uno original del Príncipe Aliatar.

Este personaje, por cierto, es otra singularidad de la cabalgata de Oviedo. A Aliatar se lo inventó el periodista de LA NUEVA ESPAÑA José María Fernández Buelta, que lo había ideado en los años veinte y dejó escrito sobre él en enero de 1940.

A los trajes y los personajes, que responden a una lista de nombres y tradiciones estrictamente orientales, sin concesiones a los gustos contemporáneos ni a la televisión, se suman otros elementos únicos que la cabalgata de Oviedo ha ido incorporando con el paso de los años, como las carrozas de los Reyes Magos. Su diseño es obra del escenógrafo asturiano Gil Parrondo, único español con dos premios “Oscar”, que logró por su trabajo en “Patton” y en “Nicolás y Alejandra”. Parrondo realizó su trabajo para Oviedo en 1999 y se estrenó en la cabalgata del año 2000. Lo cedió gratuitamente a la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF) y desde entonces son uno de los elementos más llamativos del desfile de la noche Reyes, con sus estampados en tigre, pantera y cebra y su tracción animal.

La presencia de los caballos, y de los ponis y de los burros y la ausencia, al menos en la actualidad, de vehículos de tracción mecánica, es otra singularidad que hace de la cabalgata de Oviedo una marcha con un gusto añejo, casi como si se tratara de unos reyes “vintage”. Luis Antonio Suárez admite que nada tiene que ver con las cabalgatas que se hacen en el resto de España, en las que ha penetrado ya de lleno el espíritu del centro comercial, pero precisamente por eso la de Oviedo tiene una “magia especial”, que si no se relaciona directamente con el mundo de los productos culturales infantiles actuales, sí sorprende a los niños precisamente por la novedad y la extrañeza que puede despertar.

Para dejar constancia de toda la singularidad que atesora la cabalgata de Oviedo y para sacarle el máximo partido posible, el Ayuntamiento de Oviedo está analizando distintas estrategias para garantizar su protección y explicar su importancia. Además de la exhibición en FITUR de su historia y de algunos trajes, la directora del archivo municipal, Ana Herrero, también está colaborando en la documentación de la génesis y desarrollo de esta fiestas. Fruto de esta iniciativa, este año se han fotografiado todos los trajes originales de Wes (el resto proceden de producciones cinematográficas clásicas que la sastrería Cornejo, empresa especializada mundialmente en este material, cede al Ayuntamiento).

La singularidad de Oviedo en las cabalgatas llega, incluso, a iniciativas pioneras como cuando, en 1987, mucho antes que en el Madrid de Carmena, Masip decidió nombrar tres reinas magas. Fueron las periodistas María Alzira Rollán, Menchu Álvarez del Valle –abuela de la Reina Letizia– y Ana Sofía Noriega. Las tres, juntas en aquella cabalgata, también coincidieron, desgraciadamente, a la hora de su última despedida. Las tres fallecieron a lo largo del año pasado.

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