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Sergio Obeso Otorrino del IMOMA especializado en cáncer

“Hay manos de sobra para hacer cirugía robótica, faltan robots”

“Los cánceres de garganta del virus del papiloma humano acabarán desplazando a los vinculados con el alcohol y el tabaco”

El doctor Sergio Obeso, en la sede del IMOMA Irma Collín

Sergio Obeso (Torrelavega, 1980) hace “mucha carretera”. Trabaja en Valdecilla (Santander), pero tiene a la familia en Gijón. Ahora suma a sus responsabilidades el IMOMA, al que se incorpora por su relación con el doctor Rubén Cabanillas, líder del área de Medicina de Precisión que ahora presta servicios para el centro de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson desde Suiza. Obeso, que hizo la residencia en el HUCA está especializado en Otorrinolaringología, dominando los campos del cáncer de cabeza y cuello y la cirugía robótica. En el IMOMA, donde pasará consulta una vez a la semana intervendrá en el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento de los pacientes. El Centro Médico cuenta con un sistema quirúrgico Da Vinci, que también podrá utilizar.

–Ahora en Valdecilla, pero pasó por el HUCA.

–Empecé en Valdecilla en 2009. Antes estuve en Oviedo. Me dediqué mucho a la cirugía endoscópica nasal y a procesos quirúrgicos en la base del cráneo. Tal y como funcionan las especialidades médicas en España no tienes capacitaciones académicas después de sacarte la especialidad. Normalmente a lo que nos dedicamos más a unos otorrinos u otros... y el servicio de Oviedo siempre tuvo una potencia oncológica muy alta.

–¿Cómo son los cánceres de cabeza y cuello?

–Son historias muy largas. Ahora en Valdecilla estoy dando las primeras altas y empecé hace más de diez años. No son capítulos que se cierren fácilmente.

–¿Qué va a hacer en el IMOMA?

–Diagnóstico, tratamiento, enfermedades del área ORL (otorrinolaringología) y seguimiento. El grueso de los pacientes será oncológico. También veo pacientes con otro tipo de tumores, pero vinculados a los mismos factores de riesgo, alcohol o tabaco sobre todo...

–También es especialista en cirugía robótica.

–Sí, lo hago de manera bastante habitual. Hay manos de sobra para hacer cirugías robóticas en España, lo que no hay tantos son robots. En mi área se pueden utilizar para extirpar tumores, pero también para extirpar ganglios, tratar la apnea del sueño... Es una herramienta más, no es la más importante del armamento que hay en el tratamiento del cáncer de cabeza y cuello. No hay ninguna que cubra todos los aspectos para ofrecer mejoras a los pacientes, pero hay que encontrarles el encaje.

–¿Cómo evolucionarán los cánceres de cabeza y cuello?

–A partir de los años noventa vimos que podíamos resolver el problema del 60 o 70 por ciento de los cánceres de cabeza y cuello podíamos tratarlos sin utilizar cirugías mutilantes. A partir de ahora, con el diagnóstico precoz, la mejoría de la técnica veremos cómo los tratamientos no quirúrgicos seguirán creciendo. La secuela última que tratamos de evitar es la laringectomía total.

–¿Y la cirugía robótica?

–Ganará enteros cuando aquí tengamos un perfil de tumores más similar al que hay en Estados Unidos, Noruega, Suecia, Canadá...

–¿Cómo cambia?

–El virus del papiloma humano ha desplazado a los cánceres provocados por el alcohol y el tabaco en otros países. En el norte de España, estos tumores suponen el 15 o 20 por ciento de tumores de faringe, amígdala o garganta. Ya son una enfermedad emergente, hace veinte años eran el 1 por ciento. En estos países que te comentaba han desplazado estos cánceres de manera muy clara. Estos tumores están vinculados a enfermedades de transmisión sexual.

–¿Transformará los tratamientos?

–Son tumores, normalmente, más pequeños y más fáciles de operar. Pero la suerte aquí es que hay una vacuna. En España solo se vacuna a las niñas desde hace unos años, lo mejor sería vacunar también a los hombres. Con la vacuna se evita cualquier posibilidad.

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