“Ya tocaba disfrutar, la vida es un carnaval”. Así de rotunda se mostraba Mercedes Iglesias, una de los cientos de ovetenses que abarrotaron en la tarde de este martes el Calatrava para disfrutar del concurso infantil del Antroxu carbayón, marcado por los bailes, los juegos tradicionales y mucha originalidad en forma de disfraces surgidos de ideas ingeniosas y muchas horas de intensa dedicación en familia.
Un búho de grandes alas marrones elaborado a base de material reciclado conquistó al jurado profesional e independiente convocado por la concejalía de Festejos. Tras su enorme máscara se escondía el pequeño Nel González, ovetense de 7 años e hijo de una madre orgullosa. “Nos gusta mucho reciclar y recibir el premio ya es lo más”, apuntaba la progenitora, Carolina García, dando ejemplo de la importancia de cuidar la salud del mundo con pequeños gestos.
La categoría individual, con 16 participantes, fue la más concurrida y capaz de arrancar los aplausos de un público entregado tanto con las obras de arte como con los “temazos” del DJ. Noa Rodríguez, de tan solo 6 años y vecina de Los Campos (Corvera) se ganó una gran ovación con el disfraz “La cocina de la abuela”, una representación de la tradicional cocina de carbón en el que la abuela era un gran muñeco de trapo y la protagonista, merecedora del segundo premio, encarnaba al pulpo que asomaba desde el interior de la olla.
El pódium se completó con un reñido y compartido tercer puesto. Lydia Oviaño y su “Fantasía de Caramelo”, el pequeño elefante encarnado por la niña de 2 años Jimena Rodríguez y Kelsy Valdés, como “Futurgirl” accedieron a los premios en metálico repartidos por el departamento de Covadonga Díaz, edil de Festejos, que no dudó en sumarse a la fiesta, entusiasmada por la gran respuesta del público. “Está todo a tope”, comentaba asustada al principio del desfile organizado en la sala de cristal.
La competición de dúos coronó a dos hermanas, Alejandra y Valeria Álvarez, quienes interpretaron a pesar de su corta edad de manera magistral al personal de “Maléfica” y su cuervo, respectivamente. El segundo puesto fue para las gemelas de dos años Lía y Lara Fernández, que se metieron al respetable en su bolsillo con su atuendo de personajes de animación.
Para cerrar, Lola Requení, Candela González, Candela Gómez y Lucas González impresionaron con su espectáculo “Loca historia espacial”, la cual culminaron con un baile ejecutado de manera perfecta. “Nos encanta el baile y practicamos mucho en la academia Candelarte”, explicó Lola Requení, encantada más con las felicitaciones del público que con el propio premio.
La pasarela también dejó imágenes entrañables. Es el caso del pequeño de dos años y origen ruso Lukas Sakharov, cuya madre no pudo contener la emoción tras acompañar por la pasarela al menor ataviado con un atuendo de pescador noruego. “Somos rusos, pero no queremos guerras”, apuntó Alissa, la progenitora, todavía en proceso de aprendizaje de español, que trataba en privado como de excusarse por la decisión de su país de iniciar una invasión militar a sus vecinos de Ucrania.
Mientras tanto, en el hall del Calatrava, cientos de niños participaban en alrededor de 30 juegos tradicionales ofertados para el Ayuntamiento entre las cuatro y media y las ocho de la tarde para completar una gran jornada festiva que también contó como reclamo con un gran espectáculo de magia y humor.
Aperitivo
Todo ello como anticipo del gran día del carnaval ovetense programado para este sábado a partir de las 17.00 horas, cuando está previsto que arranque un gran desfile de más de un millar de participantes desde la plaza de América hasta la plaza de la Catedral, donde tendrá lugar el gran concurso del carnaval para mayores de 14 años, seguido de un fin de fiesta a cargo del espectáculo musical de Charly Téibol.
Bueño gozó con su Antroxu más esperado y animado
La casa cultural de Bueño fue el escenario de una gran fiesta de carnaval organizada por la asociación cultural de la localidad de Ribera de Arriba en la que participaron 68 niños y 18 adultos. Personajes de animación, payasos, religiosos, quesitos del caserío y hasta un tiovivo que resultó ganador del concurso pusieron la nota de color a la edición del Antroxu local más esperada y animada. El parón obligado el pasado año a causa de la pandemia hizo que los vecinos acogiesen la celebración con muchas ganas y acudieran de manera masiva, mascarilla en boca, en lo que fue un síntoma más de avance hacia la normalidad prepandemia.
