Pablo Vázquez: “Jovellanos era de misa diaria; de anticlerical, nada”

“Jovellanos era creyente, de misa diaria; de anticlerical, nada, y siempre defendió que Pajares era el paso ideal para realizar la carretera a Castilla y, por tanto, la salida de Asturias hacia la Meseta”. Lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana Pablo Vázquez Otero, historiador, guía turístico y patrono de la Fundación Foro Jovellanos, autor de la serie “Los viajes de Jovellanos”, en LA NUEVA ESPAÑA de Gijón, que pronunció la conferencia titulada “¿Conocemos realmente a Jovellanos?”.

Vázquez Otero, que realiza en la Televisión del Principado el programa “Un buen día para viajar”, hizo hincapié de la contribución de Jovellanos al desarrollo de la minería en Asturias, con propuestas como la Carretera Carbonera, de Sama de Langreo a Gijón, frente a la propuesta de Casado de Torre, que defendía llevar el carbón en chalanas por el Nalón, hasta San Esteban de Pravia, la idea que al final triunfó, aunque no salió bien y finalmente se retomó la idea de Jovellanos.

El prócer gijonés fue el primero que habló en España del ferrocarril, siguiendo el ejemplo de Inglaterra y llegó a ser nombrado embajador de España en Rusia, radicado en San Petersburgo. “Se sintió apesadumbrado y no llegó a ir”, indicó Vázquez Otero, que fue presentado por Ignacio García-Arango, presidente de la Fundación Foro Jovellanos.

Pablo Vázquez destacó el poco entusiasmo con el que el ilustrado dejó Gijón para regresar a Madrid como ministro de Gracia y Justicia. “El hijo que tuvo fue el Real Instituto de Náutica y Mineralogía, su proyecto más querido”, aseguró. Tuvo que lidiar con situaciones incómodas, como cuando el tinetense Campomanes no quiso recibirle. Gaspar Melchor de Jovellanos nació el 5 de enero de 1744 en Gijón y fue bautizado con los nombres de los Reyes Magos. De Alcalá de Henares se fue a Sevilla y cambió su inicial carrera eclesiástica por una trayectoria jurídica.