Julián Barrio, Arzobispo de Santiago de Compostela, se presentó ayer en la Catedral de Oviedo como un peregrino más. “He peregrinado al Salvador sabiendo que quien va a Santiago y no va al Salvador honra al criado y olvida al Señor”, manifestó. Monseñor Barrio pregonó la Semana Santa ovetense, a instancias de la Junta de Hermandades y Cofradías, y mantuvo esa actitud reverencial de principio a fin. “Contemplando una vez más la Sancta Ovetensis uno siente la necesidad de descalzarse, porque ésta es una tierra sagrada”, dijo, y se refirió a Oviedo como a “una ciudad que se ha hecho a sí misma” y que “hunde las raíces de su historia en la tradición cristiana”.
Julián Barrio, en un tono pastoral, alentó a los fieles a hacer de la Semana Santa un periodo de reflexión personal y les animó a mantener la esperanza. “La desesperanza nace del miedo al futuro”, dijo, así que los invitó “calzar sin miedo las sandalias de la esperanza para seguir caminando con ilusión”. “La historia de la Salvación se hace nuestra historia, una historia que hemos de entender desde la fe, que nos ayuda a interpretar la pandemia, la guerra...”, explicó.
“Qué importante es apreciar los ritmos lentos de la vida: vivir deprisa no es vivir es sobrevivir”, expuso monseñor Barrio. “Viajamos por el carril rápido, cargados de emociones, de estímulos y eso hace que no tengamos tiempo de reflexionar y preguntarnos qué es lo importante. Nos dejamos ir a la deriva”, continuó y luego se adentró en sus recuerdos, evocando su infancia y su primer acercamiento a la Semana Santa, de la mano de su madre.
Julián Barrio aludió a las dificultades de los tiempos actuales y reconoció que “necesitamos estrenar razones denodadas de esperanza”. Para los cristianos, dijo, una de ellas es “trabajar por la civilización de la acogida y de la sensibilidad”. Esta época litúrgica, indicó el Arzobispo compostelano, debe “invitar a pensar en Cristo en la Cruz y en los otros cristos que siguen sufriendo”. Su deseo es, tal y como lo formuló ayer, “que demos un salto a la nueva forma de vida y que nos demos cuenta de que nos necesitamos unos a otros”.
La agenda pública de monseñor Barrio durante su visita a Oviedo comenzó con una visita al Ayuntamiento, donde fue recibido por el teniente alcalde Ignacio Cuesta y por el concejal de Turismo, Alfredo García Quintana, que comentó que, en el marco de las celebraciones del Xacobeo, ya hay programado un ciclo de conferencias. “Muchos tienen que inventar el relato y nosotros solo tenemos que contar la historia”, indicó el edil, cuando en la conversación surgió el tema de compatibilizar religión y turismo.
Ya por la tarde, Monseñor Barrio fue recibido en la Catedral de Oviedo por su deán, Benito Gallego. Acudió con Javier Suárez, el delegado episcopal de peregrinaciones, que fue quien lo presentó desde la cabecera de la Catedral y dijo paso a la lectura del pregón de Semana Santa. “Estamos en el origen del Camino Primitivo, desde entonces Oviedo y Santiago están unidas”, destacó.
Monseñor Barrio, junto con el presidente de la Junta de Hermandades, José Soler, y otros miembros de esa agrupación, dedicaron una hora a recorrer la Catedral, en una visita que culminó en la Cámara Santa.
