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El kiosco del Bombé, un auténtico puzle: así avanzan los trabajos para recuperar el templete de De la Guardia

Los trabajos para recuperar el templete de De la Guardia han logrado ya encajar la cúpula en una nave, nivelar las columnas en el Campo y eliminar la vegetación crecida en su base

Detrás del amasijo de andamios que lleva siete años cubriendo parcialmente el kiosco de la música del Bombé, en el Campo San Francisco, hay un auténtico rompecabezas. La UTE Sardesa Promogrado, empresa encargada de este último intento para devolver el templete de Juan Miguel de la Guardia a su esplendor original, lleva varias semanas trabajando, sobre el terreno y en una nave, y ya puede decir que tiene “todas las piezas del puzle listas”. Ahora solo queda darles la última capa y volver a montarlas.

Así lo explica José Bárcena, director de obra, después de haber logrado montar la cúpula en el taller y dejarla prácticamente lista. El problema para que encajaran todas las piezas tiene que ver con el paso del tiempo desde que la primera empresa dejara los trabajos a medias en 2015. En esa primera actuación se había hecho un levantamiento topográfico del estado de todos los elementos, pero había cosas que no encajaban. El desmontaje de la cúpula y su traslado a la nave permitió comprobar que los desplomes que se podían apreciar en los pilares de la estructura tenían que ver con las diferencias de los nervios de la bóveda. No todos eran iguales.

Las tensiones de la bóveda se desplazaban a las columnas y acababan descabalgando toda la estructura. Además, por debajo del kiosco, en su propia base de piedra, otros elementos minaban la simetría del templete. En los trabajos que se siguen realizando sobre el terreno, en el paseo del Bombé, se incluía la recuperación de las escaleras de acceso al kiosco. Para repararlas se demostraron todos los peldaños y ahí fue cuando empezó a aparecer una vegetación de arbustos muy crecidos, casi árboles. Estas semanas hubo que quitar, explica Bárcena, troncos de hasta diez centímetros de diámetro y un metro de longitud que habían desplazado ya la escalera.

Retirados todos los elementos, tocaba empezar a comprobar que encajaran, antes de ponerlos en su sitio. En la nave se volvió a montar la bóveda y se empezaron a ajustar todos los nervios hasta dejarla lista. Ahora se desmontarán otra vez todos sus componentes y se empezarán a tratar por separado: chorreo, pintura, mecanizado de las piezas que falten...

El alero original, desmontado en los años cincuenta, se ejecutará posteriormente, son los elementos decorativos en los que se trabajará después de tener en condiciones la estructura del edificio. Pero lo que sí han aparecido y se han incorporado a la estructura de la cúpula para comprobar su encaje, son las ménsulas originales de la estructura. Estaban en algún almacén municipal desde los años cincuenta y ahora volverán a su lugar, para colgar el alero decorativo que coronaba toda la parte superior del templete.

Las ménsulas del alero serían algunas de las piezas más problemáticas, explica el director de obra, ya que van a sujetar todo el peso del alero. La anterior empresa ya había reproducido las que faltaba a partir de las halladas en los almacenes y ahora se han mecanizado para comprobar su idoneidad.

En el terreno también se han conseguido aplomar los pilares y se ha empezado a trabajar sobre ellos, aplicándoles los primeros chorreos para el saneamiento previo a la pintura.

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EN IMÁGENES: Así avanzan las obras del kiosco de la música del Bombé en Oviedo Miki López

En la parte de las escaleras, una vez eliminada toda la vegetación por debajo de la base del edificio, se ha saneado el suelo con capas geotextiles que impiden el enraizamiento de nuevas plantas. También se han rehecho los peldaños que faltaban y se ha acabado de reponer las escaleras.

Hay otra serie de labores que se van desplegando alrededor del edificio, más calladas, pero igual de esenciales. Se han realizado los primeros drenados superficiales, explica José Bárcena, y esta semana comenzarán los drenajes profundos. Si todo sigue marchando según lo previsto, en el plazo de tres semanas, calculan los responsables de la restauración, podrán volver a traer las piezas al Campo y empezar a montar en el Bombé la cúpula del kiosco.

Quedará luego la confección del alero que durante las primeras décadas del siglo XX estuvo instalado en el kiosco de De la Guardia. En ese alero hay, por una parte, unos frontones muy decorados, con caras y con acróteras que se fabricarán tomando como modelo las piezas del kiosco de la música de Noreña. Este edificio se considera hermano pequeño del de Oviedo, con la peculiaridad de que cuando se eliminó el lambrequín (remate de elementos colgantes que bordean todo el alero) no se retiró todo el alero con sus frontones.

Las piezas están cada vez más ordenadas y el viejo templete de De la Guardia, aquejado por los males del tiempo y después por la crisis, encallado en la burocracia los últimos cinco años, empieza a recuperar sus formas.

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