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“Esta ‘Katiuska’ es fenomenal, triunfaría hasta en Estados Unidos”

Los músicos y el reparto de la zarzuela de Sorozábal, que se estrena el jueves en el Campoamor, ultiman los ensayos en el teatro

Ángel Ódena, a la izquierda, y Juan Noval-Moro, en un ensayo de “Katiuska”. | Luisma Murias | LUISMA MURIAS

El tenor uruguayo Martín Nusspaumer, que encarna a Sergio en el montaje de “Katiuska”, que se estrena este jueves (20.00 horas) en el teatro Campoamor, tiene un bolo singular este verano: un concierto con obras célebres del repertorio de la zarzuela en la ciudad estadounidense de Kansas. “La zarzuela tiene gran aceptación en los Estados Unidos, gusta muchísimo. Lo que pasa es que no llegan producciones, solo conciertos. Pero una producción como esta de ‘Katiuska’, con la calidad que tiene, que es increíble, sería un éxito en Estados Unidos, triunfaría sin duda”, sostiene Nusspaumer.

Un aviso de megafonía amenaza con cortar las reflexiones del tenor: quedan cinco minutos para el ensayo, el primero de conjunto. Fuera del camerino de Nusspaumer, el trajín va in crescendo. Juan Noval-Moro, que encarna el personaje de Boni, está en manos de las encargadas de vestuario, que le están ajustando un chaleco, mientras en sus respectivos camerinos Ainhoa Arteta y Ángel Ódena, el dúo protagonista, calientan sus cuerdas vocales.

“Esta obra me recuerda un poco a algunas películas de los hermanos Marx: tienes por un lado esa historia de amor, con Zeppo tratando de conquistar a la chica, y por otro al resto de hermanos haciendo escenas de comedia pura. ‘Katiuska’ tiene ambas cosas, pero con una música maravillosa que también tiene esta doble vertiente: la música de vodevil de los años 20, con mucho foxtrot, para la parte más cómica, y luego esas otras melodías con aroma ruso para el romance”, sostiene Juan Noval-Moro, que afronta un personaje diferente a su repertorio habitual, con una mayor carga actoral y menos exigencia como cantante: “Es una experiencia que me enriquece muchísimo, sobre todo por compartir escena con actores de la talla de Milagros Martín, Enrique Baquerizo y Amelia Font, que me animan y me ayudan mucho”.

Jaume Santonja, en el foso, antes del inicio del ensayo.

Si en los camerinos la actividad es incesante, la entrada al foso parece el metro en hora punta. Los músicos van ocupando sus asientos, mientras Jaume Santonja, el director musical, revisa la partitura. “Hemos estado ensayando por partes, primero la musical, ensayo de coro, escena, figurantes... este es el primer día que nos juntamos todos y es un día especial”, sostiene Santonja. Pese a todo, el director está muy tranquilo por estar arropado por Oviedo Filarmonía (OFIL): “Es una orquesta superexperimentada tocando este tipo de música, entienden muy fácil este lenguaje y que se tienen que adaptar a los cantantes. Cuando los músicos entienden esto, se pueden hacer cosas muy complicadas de forma fácil y con muy poco tiempo de preparación”.

La orquesta no tarda nada en darle la razón. Cuando Santonja coge la batuta, la OFIL clava los primeros acordes de “Katiuska”, perfectamente coordinados con la entrada en escena de Ángel Ódena, Juan Noval-Moro y Milagros Martín. Es solo el primer ensayo, pero “Katiuska” luce ya como la gran zarzuela que es.

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