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Elogio de la música hecha en el paraíso

La OSPA y el Coro de la Fundación “Princesa de Asturias” protagonizan un atractivo concierto con obras vinculadas al Principado

El concierto «Hecho en Asturias», ayer, en el Auditorio. | Jaime Casanova

La tierrina, siempre pródiga en talento musical, dio anoche muestras de su brillantez de la mano del concierto patrocinado por LA NUEVA ESPAÑA que, bajo el título “Hecho en Asturias”, aglutinaba un programa heterogéneo pero con un denominador común: la vinculación de las obras o los intérpretes con el Principado.

A pesar de haber finalizado ya la temporada de abono, en la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) todavía restan dos citas para culminar el curso. La primera de ellas, anoche. La segunda, la próxima semana durante la noche de San Juan. Pero la ayer, sin ser una de esas noches mágicas del año, encerró un gran atractivo durante la hora y media de velada musical.

Antes de comenzar, Daniel Sánchez Velasco, batuta y micrófono en mano, se dirigió a los asistentes para presentar el programa. Por un lado, las “Variaciones sobre un tema Rococó” de Chaikovski, obra evidentemente poco asturiana pero cuyo solista, el violonchelista madrileño Alejandro Viana, se erigió como ganador del Concurso Internacional Villa de Llanes en 2018 y, aunque programado con la sinfónica asturiana para el 2020, el estallido de la pandemia aplazó dos años este encuentro. Viana extrajo una bella sonoridad en cada una de sus intervenciones, repletas de lirismo, siempre concentrado y en buena sintonía con la OSPA.

La segunda obra de la noche era el “Concierto para trompa número 4 en mi bemol mayor” de Mozart. En esta ocasión, a manos del ovetense Jorge Monte de Fez. A lo largo de sus tres movimientos, el solista se lució con una emisión especialmente cálida y cuidada, destacando el Rondó: allegro vivace final, perfectamente ajustado a la orquesta.

La segunda mitad, tras una pequeña pausa, estaba reservada al estreno de la cantata “Señaldades”, del compositor asturiano Manuel Fernández Avello. A una nutrida orquesta se sumaron los componente del coro de la Fundación Princesa de Asturias y la soprano allerana Beatriz Díaz. Todos ellos compartieron protagonismo a lo largo de los doce números que conforman esta obra, musicada sobre textos de poetas asturianos, y que encierran algunos momentos de interés y cierto efectismo.

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