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Un dúo de altura para cerrar la temporada de la Filarmónica

Valeria Zorina, al violín, y el pianista Brenno Ambrosini convencen al público con un programa atractivo y expresivo

Zorina y Ambrosini, ayer, durante el concierto. | Jaime Casanova

La expresividad se dio cita anoche en el teatro Filarmónica de la mano de la violinista moldava Valeria Zorina y el pianista italiano Brenno Ambrosini. Los dos músicos formaron una pareja excepcional para culminar el concierto número 2.037 de la Sociedad Filarmónica de Oviedo y, al mismo tiempo, clausurar su temporada.

El dúo estuvo bien ensamblado en todo momento, con momentos de un altísimo nivel técnico, como en la obra inicial (“Poema elegíaco”, de Ysayë) que arrancó algunos “¡Bravos!” del público, algo más numeroso de lo habitual.

Cerrando la primera mitad, la “Sonata para violín y piano en fa menor” de Mendelssohn, donde primó el equilibrio y la frescura que aportan las pequeñas células motívicas que salpican la obra del compositor alemán.

Tras la pausa, la “Sonata para violín y piano número 3” de Brahms, todo un reto que ambos músicos afrontaron con solidez y concentración, extrayendo Zorina un sonido muy cálido y atractivo, con un Ambrosini muy pendiente de acompañar e ir ajustado a la violinista.

Agasajados con sendos ramos de flores, los dos músicos ofrecieron, tras una hora de recital, la melodiosa “Chanson de matin” de Elgar como propina.

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