A falta de cinco meses para el inicio de los Juegos de París, los alumnos del colegio Auseva ya han encendido el pebetero. Los niños del primer curso de la ESO celebraron ayer su particular Olimpiada de la antigüedad durante una jornada en la que todo lo aprendido en las clases se trasladó a un polideportivo convertido en un estadio digno de la antigua Grecia. "A lo largo de todo el mes de febrero hemos estado trabajando en el proyecto ‘Quiero ser olímpico’. Es una propuesta multidisciplinar. Apoyándonos en esa temática hemos trabajo el idioma francés, en biología se ha tratado la salud mental en el deporte, en música hemos ensayado los bailes para le ceremonia de hoy y en Historia les hemos explicado el origen de las Olimpiadas, entre otras cosas", explica una de las profesoras, Carmen Fernández.
Para ser fieles a esas clases de Historia, la mayoría de las pruebas que se disputaron ayer en el Auseva se corresponden con disciplinas que formaban parte de los primeros Juegos Olímpicos, aunque adaptadas a los tiempos que corren. Así, los atletas de Atenas y Esparta –cada clase representó a una de esas dos ciudades– se batieron en competiciones de resistencia, velocidad, relevos, lanzamiento de cono, tiro de soga o lucha libre. "Mola mucho más esto que estar en clase. Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien", asegura Jimena Llavona, que ayer formaba parte de la "hinchada" de Esparta y animaba a sus compañeros desde las gradas.
Porque los protagonistas no fueron sólo los atletas. Mientras se celebraban las pruebas, el resto de niños que esperaban su turno para competir agitaban las pancartas para darles ánimos a los deportistas de su ciudad. "¡Vamos Esparta!", gritaban al unísono Alberto López y Tomás Martínez. También hubo una lucida ceremonia inaugural, tras la cual se encendió el pebetero elaborado por el alumno Mateo Ronderos y comenzaron las pruebas coordinadas por el profesor de Educación Física, Daniel Martínez. "Nuestra intención era conseguir que las materias que estamos dando en clase les resultasen más atractivas y creo que lo hemos conseguido. Los niños lo han hecho muy bien, ellos sí que se merecen una medalla", subraya otro de los docentes, Jorge Felpeto.
Los niños del colegio Auseva remataron la jornada de ayer con una visita muy especial. Al colegio acudieron para contarles sus experiencias olímpicas el jugador de voleibol Juan Carlos Robles, que representó a España en los Juegos de Barcelona 92 y Sydney 2000; Pablo Carriles, juez de la disciplina de gimnasia deportiva en los últimas cinco Juegos y el esquiador ovetense Manuel García-Morán, que participó en los Juegos Olímpicos de Squaw Valley en 1960. En la fotografía aparecen, por la izquierda, los tres deportistas –Robles, Carriles y García-Morán–, con el director del colegio, Nicasio González, a continuación, y la directora general de Deportes del Principado, Manuela Fernández.
Los Juegos llegan a La Corredoria
Las Olimpiadas también se celebran en los barrios de Oviedo. Los alumnos del colegio Poeta Ángel González de La Corredoria inauguraron ayer la edición número catorce de sus Jornadas Culturales, que este año se centran en la temática de los Juegos Olímpicos para celebrar que están muy cerca de inaugurarse los de París 2024. Desde ayer y a lo largo de toda la próxima semana, los niños del centro educativo y sus profesores desarrollarán un amplio programa de actividades dedicadas al deporte entre las que destacan la visita de los jugadores del Real Oviedo o la del deportista paralímpico ovetense Alberto Suárez Laso.
Ayer se celebró la ceremonia inaugural de estas olimpiadas escolares de La Corredoria. Todos los alumnos del centro tomaron parte en un colorido desfile después de que la jefa de estudios del colegio, Belén Reboiro, pronunciase el discurso de apertura de unas jornadas con un lema que mezcla el espíritu olímpico con las ciencias matemáticas: «Compañerismo+esfuerzo = Éxito».
Los encargados de encender el pebetero para dar por inaugurados los Juegos del Poeta Ángel González fueron los propios niños, concretamente un representante de cada uno de los ciclos del colegio. A lo largo de toda la mañana, también se paseó por el centro la mascota de estas Olimpiadas, «Fabín», una faba gigante de color amarillo que lleva pantalones cortos de deportista y una camiseta con los aros Olímpicos. La mascota es un diseño de una alumna del cuarto curso de primaria, Paula Jaular, que se ha encargado de elaborar una modista del barrio, Alex Roandme. «Los niños se lo pasan muy bien con este tipo de actividades y además aprenden cosas. Estas jornadas siempre son positivas», asegura Lorena Frade, de la asociación de padres y madres del centro.