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El Otero

Oviedo, 1978

El año en que la ciudad dio el "sí" masivo a la Constitución

Era previsible. Nuestra Constitución es cuarentona y, claro, tal efeméride no pasa desapercibida a los medios de comunicación, que se vuelcan en reportajes que nos muestran cómo era la España de 1978. E, inevitablemente, los recuerdos de cada uno vuelan hacia aquellos días. ¿Qué hacía usted en 1978? Servidor tenía bastante con lidiar con la adolescencia, que mira que daba guerra. Estaba entusiasmado con el estreno de "Grease". Por supuesto, a mi atuendo se incorporó una chupa de cuero negro, que no era plan de estar al margen de la moda. Recuerdo vivamente aquel verano en el que tuvimos tres papas. Y fue un año muy musical. Con frecuencia visitaba "Discoteca" en la calle Toreno, donde invertía mis exiguos ahorros en la compra de "singles". Me veo en los coches de choque en San Pedro de los Arcos escuchado "Rivers of Babylon" de "Boney M".

Época que podríamos definir como un poco "macarra". En fin? Banda sonora que se convierte en imágenes y momentos concretos que se adhieren con fuerza al álbum de nuestra propia vida. Pero claro, el acontecimiento del año al que ahora todos miran fue el referéndum constitucional. En Oviedo el resultado fue de 71.812 votos a favor frente a 11.532 en contra, de un total de 86.217 votantes. El censo electoral lo formaban 134.679 ovetenses. Oviedo, por tanto, dio un "sí" masivo a la Carta Magna que hoy, a pesar de los años, y aunque pueda necesitar ciertos retoques, sigue teniendo plena vigencia. Aquel mes de diciembre, en Oviedo, se estrenaba en el Palladium "La portentosa vida del Padre Vicente", con Albert Boadella y Ángela Molina, y en el Campoamor proyectaban "Patos Salvajes", con Richard Burton y Roger Moore.

Una encuesta daba cuenta de que los ovetenses se sentían más satisfechos de vivir en Asturias que los gijoneses, mira tú. Era noticia el éxito de la prueba de un aparato economizador de gasolina, que producía un ahorro de combustible del 27% y había sido testado en un R-12 propiedad de un cámara de Panorama Regional. Éxito relativo, porque del invento nunca más se supo. LA NUEVA ESPAÑA daba la bienvenida al benjamín de la prensa regional, "Asturias", cuyo número 1 acababa de ver la luz la víspera del referéndum constitucional y al que le deseaba "una singladura fecunda".

En esa misma fecha, los juzgados andaban de mudanza al nuevo edificio de Llamaquique. Y fallecía José Menéndez Carreño, conocido como "Cuchichi", el último superviviente de "Los Cuatro Ases de la Canción Asturiana". En diciembre, el Ayuntamiento otorgaba a una calle en el entorno de San Pedro de los Arcos el nombre del cuarteto. Manolo Avello se hacía eco del fallecimiento del que consideraba su amigo: "Los de aquella generación sabíamos decir de carrerilla los nombres de 'Los Cuatro Ases' y de la delantera del Oviedo. Decíamos Cuchichi, Botón, Miranda y Claverol, y Casucu, Gallart, Lángara, Galé e Inciarte que después fueron Casucu, Gallart, Lángara, Herrerita y Emilín". Avello consideraba la voz de "Cuchichi" como "la agudeza, el grito de gozo del bendita tierra donde nací".

En fin, días de cambio y de esperanza en un futuro que, tal vez, a mi generación no nos preocupaba mucho aún. Todo llegaría. Pero por aquel 1978 tenía bastante con pelear contra el acné, intentar aprobar asignaturas que me importaban un comino y enfrentar las inevitables y, claro, visto desde ahora, banales preocupaciones y rebeldías.

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