En alguna que otra ocasión alguien me pregunta por qué razón no abordo este o aquel tema; por ejemplo la política, cosas puntuales o de actualidad. Bien. Entiendo que no me corresponde a mí entrar en cometidos propios de columnistas de opinión o de profesionales del medio; aunque debo reconocer que en algunas ocasiones no puedes evitarlo. Hay veces que la noticia te lo pone tan a huevo que resulta difícil sustraerse de la actualidad. Existen otras razones que me apartan de cierta temática, como ocurre en ocasiones en que se suelen solapar varios artículos que tratan sobre el mismo asunto. Procuro huir del deseo de desempolvar enciclopedias, legajos, hemerotecas, etc., en busca de efemérides que se repiten año tras año. Caminos, a mi juicio, suficientemente trillados, que fueron dejando una indeleble estela de sobra conocida. Menos aún si se trata de enaltecer egos. Lo mío es otra cosa: contar vivencias, historias mundanas verídicas o no, a veces satíricas; por lo general amenas y divertidas. Queda dicho. Punto y aparte.
El pasado mes de julio, el periódico argentino Clarín, entre otros, difundía la siguiente noticia: “El Ministerio de Salud de la Nación, llama a una licitación pública por un monto de 13 millones de pesos, la compra de 10.000 penes de lustrosa madera. Además de esos prototipos, se incluyen en el kit: dispensers de preservativos masculinos y femeninos, gel lubricante, junto con un maletín de polipropileno de color azul turquesa para su traslado y abundante folletería para uso educacional. El material será distribuido en los Centros de Atención Primaria de la Salud. Se trata de una iniciativa para la prevención y profilaxis de enfermedades de transmisión sexual. Fue la titular de la Secretaría de Acceso a la Salud, Sandra Marcela Tirado [hay gente castigada por su apellido], quien solicitó la compra de los insumos”.
A continuación se detallan las características y condiciones de la citada licitación. Material: madera semidura. Medidas: alto 170 mm.; diámetro del cilindro 40 mm.; diámetro de base 50 mm. Terminación: pulido. Embalaje: cajas de 100 unidades. El detalle del material, el tallaje, los millones de pesos que se invertirán, la crisis que vive el país..., la exótica compra desencadenó una fuerte polémica en torno a si el contexto de emergencia sanitaria es el adecuado para avanzar con la iniciativa de salud sexual. Clarín, quiso conocer la opinión de especialistas en la materia.
“Que el artefacto sea de madera permite que sea más resistente y no requiere tanto cuidado, dice la sexóloga educativa María Marta Castro. Sin embargo, hay quien se inclina por el uso de otros materiales como por ejemplo silicona flexible con distintos grosores, según Mariela Tesler sexóloga coach. En la misma tónica Mariana Kersz, psicóloga y sexóloga, añade: de la misma forma que se van a comprar penes, me pregunto por qué no se adquieren vulvas. La docente Lucía Schiariti, afirma: tengo el mismo pene desde hace más de diez años y está como el primer día, con el propósito didáctico de enseñar a colocar el forro. El doctor León Gindín, enseñaba a usar preservativos hace décadas en la Facultad de Medicina de Buenos Aires, con bananas que el mismo adquiría”.
Qué quieren que les diga, la noticia me deja un tanto desbordado a tenor del calibre que calzan los pibes por aquellas latitudes. El debate continúa abierto. Todo apunta, si nadie lo remedia, que los inertes “falos tronco” de carpintería pasarán en breve a estar validados.
