Nunca una amarilla generó tanto embrollo en el Oviedo, pero el lio está servido en un cóctel entre Riki, jugador del Vetusta a las órdenes de Ziganda en el primer equipo, la Federación Española de Fútbol (RFEF) y el club azul.
El origen del conflicto es la quinta amarilla que el canterano vio en el último partido que disputó con el Vetusta, frente al Sporting B en el Tartiere, una amonestación que le acarrearía sanción y que, vistas las circunstancias, tras el parón del covid y la suspensión de la competición en Segunda B, podría impedir que participase con el primer equipo en los 11 partidos que quedan, como informó el miércoles LA NUEVA ESPAÑA. La razón se encuentra en el artículo 56 del código disciplinario de la Federación, que con el reglamento en la mano establece, en resumen, que la sanción quedaría resuelta cuando pase una jornada de competición del Vetusta, que ya no tiene liga por delante, sin la participación de Riki.
Esta situación, sin lógica aparente vistas las circunstancias actuales, ha provocado un conflicto rocambolesco para saber sí Riki puede o no jugar en lo que resta de temporada con el Oviedo. Como resumen tras horas frenéticas vale lo siguiente: la Federación y sus abogados sostienen que sí, el Oviedo piensa que sería un riesgo y que si un equipo los denunciase le podrían quitar incluso puntos, y el jugador espera una confirmación definitiva por parte de la Federación tras hablar con sus asesores jurídicos. Aunque en cada postura hay matices. La versión de la RFEF es clara: sostienen sin ambages que ya le comunicaron al Oviedo el visto bueno para que Riki pueda disputar los partidos que restan de competición con el primer equipo. La Federación asegura que hubo dos comunicaciones con el Oviedo relacionadas con este asunto, vía correo electrónico, y que en la última de ellas (en la misma sintonía que la primera), enviada el 26 de mayo, ya le indicaban al club que Riki podría jugar y que cumpliría la sanción pendiente la próxima temporada. La RFEF, pues, entiende que no hay lio posible y que Riki puede jugar sin ningún problema.
La versión del Oviedo difiere. El club afirma tener esa comunicación por parte de la Federación que les hacía entender que Riki podría jugar. Pero hay un matiz de palabra: "entender". El Oviedo recalca que en ningún caso es vinculante esa comunicación que le trasladan los abogados la Federación, solo una interpretación no definitiva.
El club azul teme que de alinear a Riki mañana ante la Ponferradina, un equipo podría denunciarles por alineación indebida y hacerle perder puntos atendiendo a la ley.
La postura del Oviedo, al menos ayer por la tarde, era clara: Riki no jugará para no correr ningún tipo de riesgo. Horas antes fue el entrenador del Oviedo, Cuco Ziganda, el que se manifestó sobre este asunto: "Por lo que tengo entendido el club ya ha hecho la consulta. Es una pena para nosotros y para el chaval. Riki está entrenando bien y nunca se sabe si puede tener la oportunidad de demostrarlo ahora o más adelante. Cortarle esa posibilidad es una pena". Una consulta, la que dice Ziganda, que la Federación entiende que ya está resuelta desde el pasado 26. El tercer actor en discordia es el propio futbolista, con la agencia de representación y el asesor jurídico de la misma en contacto con la Federación.
Los abogados del órgano, tras una advertencia del futbolista a la propia Federación en la que advertía de que de no poder jugar podría verse afectado su derecho constitucional al trabajo, le respondieron al jugador con la luz verde para poder participar y cumplir la sanción la siguiente temporada. No obstante, en línea con el Oviedo, el futbolista y sus asesores esperan una confirmación definitiva. "A nosotros nos contesta el servicio jurídico de la Federación, a los que se lo agradecemos, pero no el propio órgano. Es la Federación la que debe pronunciarse y decir claramente si Riki puede o no jugar. La asesoría jurídica no nos vale", indica José Tejón, asesor jurídico de la agencia que representa a Riki.
Los contactos continuarán a lo largo de la jornada de hoy entre todos los implicados para intentar encontrar una solución definitiva para que Riki pueda ayudar al Oviedo para luchar por la salvación en las decisivas 11 jornadas que quedan esta temporada tan atípica.
