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Cervera recluta a Borja

El técnico subraya la importancia de mantener la buena inercia en el Tartiere: "Solo saldremos de abajo ganando los partidos en casa"

Dos defensas ayudan a Borja Sánchez a levantarse del suelo. | Miki López

Borja Sánchez está de vuelta. Esta vez, sí. La puesta a punto exigía un especial cuidado para que no se repitiera la historia de Albacete. Ya saben, la cita en la que Bolo se jugaba a continuidad y para la que el mediapunta forzó su recuperación. Jugó en el Belmonte, sintió unas molestias pero acabó el partido. No pudo salir peor: el equipo cayó, Bolo fue despedido y Borja Sánchez había recaído. Ahora, un mes y diez días después, el talentoso atacante apunta a los planes de Cervera.

El técnico confirmó ayer que el de Borja Sánchez será el rostro más novedoso de una lista que vuelve a presentar bajas. Están los lesionados Miguelón, Javi Mier y Koba Koindredi, a los que se han sumado Aceves y Montoro en las últimas dos semanas. Y hay una baja más, la de Viti, que no se ha entrenado con el grupo en ninguna sesión y se perderá la cita ante el Mirandés.

A cambio, vuelve el futbolista más desequilibrante entre los azules, aunque de momento con matices. "Entrará en la lista, sí. No está para jugar aún 90 minutos pero puede entrar en la rotación", anunció el entrenador. "En Ponferrada no viajó porque no estaba previsto que jugara y preferimos que se quedara, porque al final corres el riesgo de jugar 3 minutos y que se complique la cosa. No quisimos asumir riesgos", añade.

Con Borja, el Oviedo gana mucho más que un jugador desequilibrante en la izquierda. Recupera una pieza que está llamada a marcar diferencias en los planes de Cervera. Así lo reconoció la semana pasada el propio técnico, que aprovechó para despejar dudas sobre su posición en el campo: la banda izquierda. Cervera persigue crear un Oviedo gremial, uno de esos conjuntos que se atraganta a los contrarios y aprovecha las opciones que le caen en ataque. Pero un futbolista como Borja encaja a la perfección en su guion. Por esa capacidad para desequilibrar y porque valora de forma notable sus centros cerrado desde la banda izquierda. Esos mismos que la pasada temporada le sirvieron en bandeja a Bastón algunos goles.

Borja es la mejor noticia en un proceso de recuperación física y de resultados de la que el entrenador busca salir. Porque Cervera lo tiene claro: en el momento en el que el Oviedo saque la cabeza de abajo, la confianza hará que las piernas funcionen mejor. Y en ese plan de escape de los problemas, el Tartiere es esencial. "Los equipos que quieren conseguir algo tienen que basar su objetivo en su campo. Intentar lograr tu objetivo fuera de casa es una lotería. Nos tenemos que hacer fuertes en nuestro campo. Ya hemos ganado dos veces: tuvimos suerte con el Málaga y logramos superar al Granada en un partido que se puso complicado. Tenemos que empezar a ganar en casa y que lo que saquemos fuera nos ayude a un objetivo mayor, pero solo saldremos de abajo ganando los partidos de casa".

Autogestión en los penaltis

A Cervera se le cuestiona en la sala de prensa sobre sus órdenes de cara a los penaltis. Juan Antonio Anquela tenía una máxima: el que falla pierde el turno. Así, el Oviedo fue rotando de lanzadores durante su etapa como entrenador azul en cada fallo de ejecución. Cervera no comparte esa teoría. En realidad, ni esa ni ninguna otra. Porque, explica, cree que el lanzador es una cuestión que deben asumir los propios futbolistas.

Así lo expone el técnico: "Igual suena mal, pero no es mi trabajo decidir quién tira los penaltis. El de Ponferrada lo tenía que tirar Borja (Bastón). Si digo que lo tire otro y lo falla… ya tenemos montado un pollo. Tirar los penaltis no es una cuestión de lo que diga el entrenador, sino de la confianza".

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