Cáritas parroquial de Lugones recibirá el apoyo de las agrupaciones musicales de su localidad, y de otras cercanas, el viernes, a las 20.00 horas, en un recital que tendrá lugar en el Centro Polivalente lugonense y que organizan la Fundación Cultura de Siero y la Coral Polifónica de San Félix. En el concierto participarán la agrupación musical Candelarte, Agrupación Folklórica Cuélebre, Agrupación Coral La Corredoria, Escuela de Música Belén Plaza, Coro Vetusta, Masa Coral Laviana, La Badina de Lieres, además de la Coral Polifónica de San Félix. 

El acto servirá para que la organización recaude fondos y pueda seguir ayudando a las 53 familias de 12 nacionalidades con las que trabaja actualmente. Rosa Álvarez Prado, de Cáritas Parroquial de Lugones, aseguró que están "agradecidísimos" a las agrupaciones participantes y a la Fundación Cultura de Siero por llevar adelante esta iniciativa. "Estamos atendiendo a 53 familias y hacemos mucho hincapié en la acogida, en la escucha, en que la gente que llega a la parroquia vea que nos interesa el problema por el que están pasando, es un desahogo para ellos a parte de la ayuda económica que se le pueda dar, que es pequeña, pero tratamos de que la gente que llega se sienta como en su casa y que haya una empatía", añadió la representante de Cáritas.

Rosa Álvarez reconoció que se está notando la crisis económica sobre todo en un aumento del número de gente que les llega y en cierta disminución de los recursos de los que disponen, que son escasos: "Hacemos una colecta al mes en la parroquia, el primer domingo, las colectas son muy pequeñas, bajaron bastante, podemos sacar ciento y pico o doscientos euros, con eso no se puede solucionar la vida a 53 familias; también hacemos la operación kilo, tenemos algún socio, colaboradores y hay que decir que la gente de Lugones es muy generosa, si estamos en algún momento apurados hacemos un llamamiento en las misas y la gente se vuelca".

El perfil de la gente que les llega a Cáritas es, sobre todo, de "personas sin papeles": "Atendemos a gente de doce nacionalidades, llegan aquí sin papeles, sin nada, tienen que esperar tres años para que les den una carta de trabajo, unos papeles, luego, según nos dicen ellos, tiene que haber un empresario que les asegure y eso no es fácil", dice Rosa Álvarez, que lamenta que "llegan a un sitio que creen que es el paraíso terrenal y se encuentran con lo que se encuentran". Una realidad que, reconoció, "es dura pero que está ahí".