Fernando Argenta (Madrid, 1945) presentará el concierto de «Música en familia» que la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), dirigida por Pascual Osa, ofrece, a las 12.00 horas, en el auditorio Príncipe Felipe, y, a las 19.00, en el Teatro de la Laboral de Gijón. Argenta, que anima a asistir a la que será «una fiesta musical sin barreras», acaba de recoger el testigo de Emilio Aragón en la dirección artística de la fundación de origen asturiano Magistralia.

-¿Cómo afronta la dirección artística de Magistralia?

-Con ilusión. Llevo más de veinte años divulgando la música clásica entre gente joven y adulta a través de la radio y conciertos por España. Aunque parezca falta de humildad, cuando empecé con los conciertos didácticos, empezó la creación de orquestas en España. Luego puse en marcha una labor pedagógica en las orquestas de todo el país. Magistralia es la guinda de esta lucha.

-Será pronto para preguntarle nuevas ideas para Magistralia. ¿Qué destacaría de su funcionamiento?

-Valoro su trabajo de apertura a nivel nacional, con un equipo humano estupendo. Magistralia lleva una trayectoria que a mí me deja el camino trillado. Ha ganado un peso que espero continúe conmigo. Me parecen importantísimos los cursos que enseñan a los jóvenes intérpretes a integrarse en una orquesta, la creación de orquestas jóvenes y el acercamiento de la música clásica.

-¿Ha perdido ya la música clásica su elitismo?

-Muchos chavales ni se imaginan lo maravillosa que puede ser la música clásica. Hay que cuidar la recepción porque la afición es también base de la música. La música clásica nunca será un producto, por eso hay que intentar que llegue a la mayor gente posible. La cultura -que incluye la música- está tan ligada a la economía que parece un lujo. Es un derecho social que, además, garantiza la formación de valores y conocimientos que ayudan a la convivencia y desarrollo del país.

-Asturias se sumó en enero al aniversario de la desaparición de su padre, Ataúlfo Argenta. ¿Cómo se está celebrando la conmemoración?

-Me honra que tras cincuenta años se le siga recordando. Los directores de orquesta que vivieron antes del «boom» del disco lo tienen más difícil que los compositores, quienes legan sus obras.