La vocal de la Federación de Jóvenes Investigadores-Precarios (FJI-Precarios), la asturiana Begoña Camblor dijo hoy que confía en que el nuevo rector, Vicente Gotor, tenga en cuenta a lo largo de su mandato las condiciones que rodean a los investigadores que trabajan en la Universidad de Oviedo, dadas las "condiciones precarias" en las que trabaja y el "vacío legal" que existe en cuanto a su actividad.

Camblor, en declaraciones a Europa Press, reconoció que había echado de menos una alusión directa de Gotor a los jóvenes investigadores en su discurso de toma de posesión, el pasado jueves. No obstante, dijo que espera que les tenga en cuenta de cara al futuro. "De todas formas es muy difícil que un rector pueda hacer algo por nosotros, si desde los Gobiernos central y autonómico no se nos tiene en cuenta", apuntó.

Begoña Camblor comentó que sigue sin existir una carrera investigadora coherente, de tal forma que los jóvenes tienen que esperar varios meses entre contrato y contrato, o entre ayuda y ayuda. Así, dijo que el Principado de Asturias saca todos los años una convocatoria de becas predoctorales, pero los contratos postdoctorales, que se ofrecen cada dos años, son muchos menos que la mitad de esas becas, con lo que un alto número de investigadores se queda "sin nada".

Un investigador predoctoral cobra aproximadamente unos 900 euros, mientras que un postdoctoral algo más de 1.000 euros, unas cantidades que no se corresponden con el nivel de excelencia que se les exige. De todas formas, según Camblor, el malestar de los investigadores no se refiere solamente a las condiciones económicas, sino a muchos más aspectos que contribuirían a dignificar su actividad.

RIESGOS LABORALES.

Así, explicó que los investigadores no tienen prácticamente ninguna cobertura ni están dentro del programa de prevención de riesgos laborales. Así, explicó que en la Universidad de Oviedo, a ningún investigador se le ha solicitado un revisión médica, algo que suele ser normal para cualquier trabajador.

En este sentido Camblor se refirió al reciente fallecimiento del investigador de la Universidad Autónoma de Madrid Pablo Barbadillo Maestre, de 23 años, hallado muerto en la selva de Perú donde se encontraba para desarrollar un proyecto etno-ecológico sobre caimanes enmarcado en su tesis doctoral.

Así, Camblor lamentó que exista "relajación" en las medidas de seguridad laboral del personal de investigación, así como el no cómputo de estos en las estadísticas de seguridad laboral y la ambig~edad legal que se presenta en esta materia. Consideró "mala praxis" el mantenimiento de becas en lugar de contratos laborales como fórmula para remunerar actividades productivas como la generación de conocimiento.

Explicó que un investigador fallezca en el ejercicio de su labor y que simplemente tenga la categoría de "estudiante" se ve privado de una cobertura completa en caso de accidente o del reconocimiento de las indemnizaciones y pensiones que tendría cualquier trabajador en caso de accidente.

FUGA DE CEREBROS.

Por otro lado, Camblor explicó que está de acuerdo con la movilidad de los investigadores, pero señaló que se está fomentando que tanto el Ministerio como el Principado están fomentando que esa movilidad se produzca únicamente al extranjero y sin contrato.

"Lo peor es que no sólo nos obligan a irnos fuera, sino que luego no hay una intención de traernos de vuelta a nuestra comunidad", comentó Camblor, que echa de menos un programa de ese tipo y dijo que es normal que se produzca una "fuga de cerebros" desde el Principado, dadas las condiciones.

Explicó que los investigadores de la Universidad de Oviedo que se van fuera, suelen encontrarse con que se les valora mucho más, obtienen una mejor consideración y se les paga mejor. "Es normal que se queden allí", señaló. Europa Press