l ¿Farmacias en peligro? Que los farmacéuticos se quejen no supone -como en tantos otros colectivos- una grandísima novedad. Pero que se les apliquen cinco bajadas de precios en cinco meses, que se les devalúe su stock de fármacos un 7,5 por ciento de la noche a la mañana y que comience a hablarse -tal vez exagerando, es cierto- de que 7.500 boticas de toda España (entre 80 y 160 en Asturias) pueden tambalearse, o incluso verse abocadas al cierre, son factores que hacen recomendable, cuando menos, un análisis apoyado en los datos que manejan los profesionales del sector. Ése es el objetivo de las líneas que siguen.

l Un objeto de inversión tradicionalmente muy rentable. Las farmacias españolas siempre han sido un buen negocio; algunas, un excelente negocio. Asturias no es una excepción. No son pocos los asturianos con dinero -constructores, empresarios de diversos ámbitos...- que en los últimos lustros han invertido varios cientos de millones de las antiguas pesetas en boticas para sus hijos licenciados en farmacia. La revalorización de las boticas era rápida. El dinero fluía.

l Hasta 5,4 millones de euros. Hasta la fecha, un mínimo de seis farmacias de la región han sido traspasadas por tres millones de euros o más. Por una botica de la calle Corrida de Gijón llegaron a pagarse en 2005 aproximadamente 5,4 millones de euros (900 millones de pesetas). Aunque no existen datos fácilmente accesibles, todo apunta a que el mercado de los traspasos se ha enfriado y a que la alegría inversora pertenece más bien al pasado.

l La botica asturiana, por encima de la media. Con una red de 457 farmacias, el Principado presenta una ratio de habitantes por oficina superior a la media del país (2.364 en Asturias, 2.192 en España), diferencia que se traduce en una mayor rentabilidad. José Villazón, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Asturias, argumenta que hay países europeos con una densidad de farmacias muy inferior. El paradigma es Dinamarca, con una por cada 16.957 ciudadanos. Sólo Grecia y Francia tienen menos habitantes por botica que España.

l Un sector que mueve cerca de 500 millones anuales. Determinar la facturación de las boticas de la región no es tarea fácil. Cabe, sin embargo, intentar una aproximación basada en el gasto público en medicamentos. La Consejería de Salud sufragó el año pasado una factura de fármacos con receta que ascendió a 352,79 millones de euros. Los boticarios dan por buena una máxima muy socorrida: que el 75 por ciento de su facturación corresponde a medicamentos recetados, y el 25 por ciento restante, a venta libre. De ser así, la facturación global de 2009 se situaría en unos 470 millones de euros.

l ¿Y cuánto es beneficio? Los expertos financieros del sector señalan que el promedio de margen de beneficio bruto de una botica ronda el 22,5 por ciento de la facturación en medicamentos; y el beneficio neto antes de impuestos (después de pagar personal, local, gastos corrientes, etcétera), el 6,2 por ciento. De donde cabe deducir que el beneficio bruto de las farmacias asturianas sobre los medicamentos con receta dispensados el año pasado fue de unos 80 millones de euros.

l Una pérdida de 12 millones de euros. Los colegios de farmacéuticos enfatizan que las recientes bajadas de precios aplicadas por el Gobierno reducen el beneficio bruto un 16 por ciento, lo que se traduciría en unas pérdidas para la red asturiana de unos 12 millones de euros. Si esta cifra se divide entre las 457 farmacias del Principado, se obtiene una merma media cercana a los 28.000 euros por botica (hablando siempre de beneficio bruto).

l Un impacto desigual, pero apreciable. Como es natural, el impacto de estas pérdidas es muy desigual. En las boticas de gran movimiento financiero, aunque la reducción de beneficios sea superior, seguramente no pondrá en riesgo la estabilidad del negocio. Pero para las de facturación más modesta puede suponer un golpe severo.

l Amenazas de cierres y despidos en un sector de 1.700 trabajadores. El Colegio de Farmacéuticos teme especialmente por el futuro de las 80 boticas de la región que facturan menos de 24.000 euros al mes, e incluso por el de otras 80 que no llegan a 40.000 euros mensuales. Y enfatiza que, en unas y en otras, es más que posible que se registren reducciones de plantilla. El conjunto de la red da empleo a unas 1.700 personas. Cofas, el principal almacén distribuidor de medicamentos de Asturias, también ha insinuado la necesidad de realizar despidos, pues el ámbito de la distribución -al igual que la industria- también sufre el efecto del recorte de precios.

l Las existencias de las boticas perderán esta medianoche un 7,5% de su valor. Las medidas de contención del gasto público implican que, desde mañana, 1 de junio, el precio de los fármacos se reducirá en términos generales un 7,5 por ciento. Esta medida se aplicará sin periodos de convivencia entre precios antiguos y nuevo, lo cual significa que las existencias de las boticas asturianas perderán esta medianoche, como promedio, 3.500 euros de su valor, según la estimación del Colegio de Farmacéuticos. Esta medida ha causado una particular indignación. «Nos sentimos agredidos», sostiene José Villazón.

l Los medicamentos «supercaros» son antieconómicos. El margen general de beneficio de las farmacias en los medicamentos con receta es del 27,9 por ciento. Sin embargo, a partir de cierto precio el beneficio es fijo. José Villazón subraya que el 13 por ciento de la facturación global de las boticas asturianas corresponde a este tipo de medicamentos, y añade que este porcentaje va en aumento, lo cual acarrea una merma del beneficio. «Estos fármacos pueden ser muy antieconómicos para nosotros», señala el presidente de los boticarios.

l Los descuentos a la Administración sanitaria. Los farmacéuticos asturianos pasan una factura mensual a la Consejería de Salud, pero a la cifra resultante se le aplica un descuento proporcional a la cuantía de cada factura. «Al presentar la factura automáticamente entregamos al Servicio de Salud del Principado (Sespa) el 20 por ciento de nuestro beneficio bruto, que es mucho dinero», afirma Villazón.

l Las guardias, una ruina. Los boticarios asturianos se quejan de que el sistema de atención continuada les obliga a realizar numerosas guardias muy poco o nada rentables. Las noches se saldan frecuentemente con irrisorias recaudaciones de 30, 40 ó 50 euros. «Sin percibir una retribución específica, hay 50 farmacias que están de guardia continua y, en conjunto, 150 farmacias con más de 91 días de guardia al año», indica el presidente colegial.

l Las farmacias pagan el pato. Villazón observa una desproporción muy acusada al analizar el conjunto de la cadena del precio de los fármacos. «Las farmacias nos quedamos con el 27,9 por ciento del valor del medicamento, pero se nos está exigiendo el 72 por ciento de la contribución de toda esa cadena -laboratorios, distribución y farmacias- a la sostenibilidad del sistema».

l ¿Un negocio en declive? Todo lo dicho dibuja, a juicio del presidente del Colegio de Farmacéuticos de Asturias, «un deterioro muy sustancial» de la faceta económica de las boticas y, sobre todo, «un daño muy severo para las farmacias modestas». De ahí que emerja con fuerza esa inquietante pregunta que encabeza esta información: ¿Continúan siendo las farmacias un buen negocio o nos hallamos ante un declive de aquellas oficinas tan envidiadas por la mayoría?